A partir del 1 de abril podrán dispensar unidosis de ibuprofeno y paracetamol

Los farmacéuticos se quejan de cómo deberían facturar unidosis fraccionadas por ellos

| 2011-03-25T16:54:00+01:00 h |

I. fernández/ i. gonzález

Madrid

A pocos días para que las oficinas de farmacia españolas puedan comenzar a dispensar medicamentos en monodosis (por el momento ibuprofeno y paracetamol), sistema que se implantará a partir del próximo 1 de abril, los farmacéuticos tienen todavía muchas dudas sobre la implantación de este sistema de dispensación, nacido a raíz de la entrada en vigor del Real Decreto Ley 8/2010, que modificó el artículo 19 de la Ley de Garantías. Una dudas que comienzan con la ausencia, de momento, de una instrucción técnica que informe a los farmacéuticos acerca de cómo deben trabajar con este sistema.

La dudas que se les plantean a los boticarios de nuestro país van más allá de las que tienen acerca de la capacidad de ahorro de esta medida que, según la memoria económica del proyecto de resolución del Ministerio de Sanidad supondrá un ahorro para el Sistema Nacional de Salud (SNS), por la dispensación de estos dos primeros principios activos, de seis millones de euros. Un ahorro, siempre aproximado, que se quedaría muy por debajo de los 300 millones de euros anunciados una vez se aplique la unidosis a las 25 moléculas previstas.

La principal reclamación que realizan los boticarios españoles a escasos días de la puesta en marcha de ese sistema es la falta de información. Así lo indicó el presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla y León, Jesús Aguilar, que afirmó que “falta la instrucción técnica de cómo habría que trabajar con el tema de la unidosis, y hasta que no la haya ni sé cómo se va a poder manejar ni qué es lo que hay que hacer”.

En el mismo sentido se manifestaron desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Orense. Así, el vicepresidente de esta institución, Jairo Álvarez, precisó que “ahora mismo hay muchas dudas, que no se solventarán hasta que el sistema de unidosis no esté implantado, ya que lo cierto es que no tenemos mucha información”.

Sobre este aspecto, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Lérida, Josep Aiguabella, incidió también en el vacío informativo y precisó que la duda principal es “cómo se van a facturar”, algo que todavía no se ha reflejado en ninguna comunicación. “No hemos recibido un documento oficial en el que diga cómo va ir, qué tipo de cupones y cómo va a funcionar en la receta electrónica, si cada dosis va a generar una línea… No lo sabemos, está en la nebulosa y todo el mundo se lo está preguntando”, manifestó.

Y es que, para Aiguabella, los boticarios se van a encontrar “en un callejón sin salida”. “Todavía no sabemos si habrá que poner un bote para que la gente deje la voluntad. Es complicado, porque ahora facturar la renta tiene un precio y si cada línea es un precio, será más caro facturar que vender”, señaló.

Algo en lo que coincidió Álvarez, que manifestó que no sabían ni cómo iban facturar, “ni otras muchas cosas”, ya que, al menos en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Orense, no habían tenido ninguna información de cómo se va a desarrollar este proyecto. Incluso, dudan del impacto que tendrá esta medida en las oficinas de farmacia. “Tenemos el convencimiento de que aquí no va a tener mucho calado, el impacto va a ser mínimo. El médico, tal y como está diseñada la receta electrónica, no creo que cambie el tratamiento a los pacientes por ahorrar en una caja de paracetamol, que cuesta 0,78 euros. Cuando vengan más medicamentos quizá, pero para estos lo dudo”, afirmó.

Igualmente, para Aiguabella el margen de diferencia de precio es mínimo, por lo que habría que tener en cuenta que no todo es el precio del medicamento, sino que también está el margen con el que el farmacéutico trabaja. “¿Vamos a trabajar sólo un margen de tres céntimos?”, se preguntó. Por ello, espera que “los médicos sigan prescribiendo las cajas y no la unidosis”.

De la misma opinión es Aguilar, que también expresó sus dudas acerca de la llegada inmediata de los primeros formatos en unidosis a las farmacias. “No tengo tan claro que vayan a llegar en unos días. Tampoco sabemos si tienen el código nacional, ni si los podemos pedir”, indicó.

Sobre este punto, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva, Francisco Peinado, que calificó esta medida como “ineficaz y poco racional”, mostró su deseo de que “el funcionamiento de esta especie de pilotaje haga desistir al Ministerio de Sanidad de implantar esta medida”. Y es que, según precisó, con la unidosis “se vuelve a esa época de dispensación de ‘carteritas’ de un comprimido de analgésicos de los años setenta y ochenta, que desaparecieron por ilógicas”.

Fraccionar envases

Junto a las dudas acerca de la facturación, otro tema que no tienen claro los farmacéuticos españoles es si finalmente deberán fraccionar envases para dispensar en unidosis. En este sentido, el proyecto de resolución elaborado por el Gobierno dejaba abierto que los farmacéuticos, en el caso de que no exista la cantidad exacta del fármaco prescrito por el médico, pueda manipularlo y ofrecer el tratamiento justo que se requiera.

Este extremo fue confirmado recientemente por la subdirectora general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, María Dolores Vaquero, durante la última edición de Infarma, celebrada recientemente en Barcelona. Eso sí, no concretó en qué medida los boticarios deberían fraccionar los envases, aunque avanzó que, con toda probabilidad, se tratará de envases clínicos para facilitar a las oficinas de farmacia su preparación en unidosis.

¿Qué supone dejar esta puerta abierta? Para el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Javier Tudela, existe en estos momentos un vacío normativo que debe ser solventado, como el hecho de que la Ley de Garantías establece que el farmacéutico sólo está habilitado para la conservación y dispensación del medicamento (artículo 84), pero no está autorizado para la manipulación de envases.

Y es que, éste es otro de los aspectos que todavía faltan por aclarar. “Cuando entre en vigor la norma seguro que nos afectará a los farmacéuticos porque seremos quien cortemos los blísters, eso sí, no sabemos cómo se va a hacer”, argumentó Álvarez. Un dato: sobre este punto, un informe reciente encargado por la patronal de oficinas de Cataluña, Fefac, mostró que la manipulación de envases incrementaría el riesgo de errores, además de suponer un gasto adicional a las oficinas de farmacia de cinco euros por dispensación.