En lo que va de año, el valor de las acciones de la compañía ha perdido un 10%

En la comparación interanual la caída de la americana se eleva al 30%

| 2009-02-22T18:18:00+01:00 h |

L. DÍAZ

Madrid

La acción de Lilly cotiza actualmente a 35,4 dólares, tras un comienzo de año negativo en el que ha llegado a perder hasta un 10 por ciento, caída muy superior a la pérdida media que acumula el sector farmacéutico. En la comparación interanual la bajada que acumula este valor se acerca al 30 por ciento, tras un ejercicio 2008 en el que predominó la senda negativa, movimiento que se acentuó de forma significativa el pasado mes de octubre.

Sus resultados del cuarto trimestre muestran unas pérdidas de 3.630 millones de dólares (2.750 millones de euros) frente a unos beneficios en igual periodo del ejercicio anterior de 854 millones de dólares (650 millones de euros), debido a un cargo extraordinario derivado de la compra de ImClone Systems. No obstaste, depuradas las partidas extraordinarias los resultados han superado ligeramente las estimaciones.

Los ingresos del trimestre de la compañía han ascendido a 5.210 millones de dólares (3.950 millones de euros), en niveles similares a los del pasado año. Por el lado positivo cabe destacar el buen comportamiento del antidepresivo Cymbalta, con unas ventas de 721 millones de dólares (550 millones de euros), un 15 por ciento más que el pasado año. Mientras, por el lado negativo llama la atención el retroceso que experimenta su primer fármaco, Zyprexa, con un descenso del 10 por ciento hasta los 1.150 millones de dólares (870 millones de euros).

En el ejercicio completo 2008 Lilly ha obtenido unos ingresos de 20.380 millones de dólares (15.450 millones de euros), un 9 por ciento más que en el ejercicio anterior, mientras que el resultado ha sido negativo en 2.070 millones de dólares (1.570 millones de euros), debido al impacto de extraordinarios. Depuradas estas partidas el beneficio habría sido de 4.000 millones de dólares (3.050 millones de euros), con un crecimiento interanual del 13 por ciento.

Como hecho destacado reciente, y que muchos analistas califican de determinante para la evolución futura de este valor, cabe señalar el visto bueno unánime dado por un papel consultor de la FDA al anticoagulante prasugrel, un fármaco desarrollado junto a la japonesa Daiichi Sankyo y para el cual los analistas estiman unas ventas anuales potenciales superiores a los 1.000 millones de dólares (750 millones de euros).

Lilly se enfrenta a medio plazo con un grave problema de vencimientos de patentes, algunas de las cuales referentes a productos significativos de su cartera, y si bien prasugrel puede contribuir a paliar en parte la potencial pérdida de negocio, no va a ser suficiente para compensar todo su impacto negativo. Ante esto, la dirección de Lilly viene apostando tanto por el desarrollo interno de productos, con elevadas inversiones en el apartado de I+D, al que destina cerca del 20 por ciento de su cifra de ventas, ratio muy por encima del de la media del sector.

Igualmente, apuesta por adquisiciones de gran valor estratégico, como la realizada el pasado año de ImClone Systems, operación que le proporciona una presencia importante en el segmento de oncología. En todo caso, recientemente la compañía ha descartado que las grandes fusiones sean el camino correcto para afrontar los desafíos futuros.

En relación con el posible comportamiento en bolsa de este valor en el corto-medio plazo, indicar que los analistas tienen fijado un precio objetivo para un horizonte de 12 meses de 39,2 dólares, un 10 por ciento por encima de su cotización actual. Dados los precios tan bajos en los que se mueve actualmente este valor, más de un 60 por ciento por debajo de su máximo histórico, así como la pérdida acumulada en el último año en un escenario bursátil muy complicado, cabe deducir que no se trata de un objetivo difícil de alcanzar.