Las boticarias dicen que industria y distribución cuentan con menos mujeres en proporción a las que hay en las aulas y oficinas de farmacia

Según los expertos, trabajo y familia forman “el tándem perfecto”, pero la conciliación es todavía un problema mayor para las mujeres

| 2011-03-04T15:50:00+01:00 h |

iria gonzález

Madrid

Carmen Peña, Virginia Cortina, Marichu Rodríguez, Pilar Navajas o Ana María Rodríguez son sólo algunos de los nombres propios de mujeres que ostentan cargos de responsabilidad dentro de una profesión que es de por sí mayoritariamente femenina. Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que cada año se celebra el 8 de marzo, algunas de estas profesionales analizaron para EG el papel de la mujer en el sector.

Lo cierto es que la farmacia, después de enfermería, es la segunda profesión sanitaria con mayor porcentaje de mujeres colegiadas, según se desprende del documento “Estadísticas de colegiados y oficinas de farmacia 2009”, publicado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. De hecho, a 31 de diciembre de 2009, en España había 63.593 farmacéuticos colegiados, de los cuales el 70,4 por ciento eran mujeres.

“Es una mayoría abrumadora que ya empieza desde la facultad”, señaló Pilar Navajas, presidenta de la Federación Nacional de Oficinas de Farmacia (Fenofar). Tanto es así que la hoy presidenta de los farmacéuticos vizcaínos, Virginia Cortina, recordó que antes era habitual oír la frase: “Farmacia, ¡qué bonito para una chica!”. Pero ¿se refleja la situación de las aulas después en el ejercicio de la profesión?

Terrenos por conquistar

Sin duda, las mujeres son mayoría en la oficina de farmacia, en la que en 2009 trabajaban 43.603 colegiados, de los cuales sólo 13.037 eran hombres, según datos del Consejo. Sin embargo, las diferencias se acortan en el sector de la industria y la distribución. “Ahí no somos tan mayoritarias como deberíamos ser”, sostuvo Ana María Rodríguez, presidenta de la Asociación de Farmacéuticos Empresarios de Toledo (Afedeto).

A este respecto, según explicó a EG Ana Celdrán, farmacéutica titular de una oficina de farmacia en Alcorcón (Madrid), “los hombres son los que más se van a la industria, no les gusta tanto estar detrás de un mostrador”. Mientras, las mujeres no siempre pueden o quieren emprender nuevos retos.

En este sentido, desde la asesoría de farmacia Asefarma defendieron que “trabajo y familia forman el tándem perfecto”, puesto que tener un trabajador motivado redunda en el beneficio del propio negocio. Sin embargo, mientras que en la retribución salarial no se observan grandes diferencias entre sexos como ocurre en otras profesiones, en el tema de la conciliación las mujeres del sector todavía tienen más problemas. “Las reducciones de jornada para el cuidado de los hijos es algo que, hoy por hoy, siguen solicitando más las mujeres que los hombres”, reconoció Eva María Illera, responsable del Departamento de Laboral de Asefarma.

Contra tópicos de género

Por otra parte, existe la tentación de recurrir a ciertos clichés a la hora de estimar si las mujeres pueden aportar un valor añadido a la profesión. Sensibilidad, comprensión, mayor capacidad para las relaciones humanas y el diálogo, son algunos de los valores tradicionalmente asociados a las mujeres. Sin embargo, todos ellos se deberían tener en cuenta “más que por género, a nivel individual”, manifestó la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), Marichu Rodríguez.

Por ello, todas estas profesionales coincidieron en señalar que los puestos de trabajo deben asignarse en base a la valía y cualificación del trabajador, en lugar de por cuotas impuestas por políticas de paridad. Asimismo, dijeron no sentirse privilegiadas por pertenecer a un sector en el que cada vez más mujeres alcanzan puestos directivos. “Privilegiadas parece que es algo positivo frente a la normalidad”, señaló Rodríguez.