Francisco Javier Guerrero

Socio Fundador de la Sociedad Española de Farmacia Rural

| 2010-02-19T16:39:00+01:00 h |

alberto cornejo

Sevilla

Tras darse por agotados algunos de los objetivos para los que fue creada, la ya extinta Plataforma Nacional de Rurales ha dado paso a una nueva asociación: la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar). Sus fundadores son los mismos que en su día crearon la plataforma, pero consideran que “se ha lavado la cara” a la agrupación. Javier Guerrero, su posible presidente (según ha podido saber EG, así lo pedirán sus compañeros en una reunión prevista para las próximas semanas en la que también se aprobarán sus estatutos), detalla los retos de este colectivo.

Pregunta. De Plataforma Nacional a Sociedad Española de Farmacia Rural. ¿Cambios más allá de la denominación?

Respuesta. Sí, tanto en funcionamiento como objetivos. Dado que uno de los objetivos principales que siempre hemos tenido al asociarnos era mejorar el acceso a la formación del farmacéutico rural para que pueda integrarse en grupos de trabajo de atención primaria, creímos que estructurarnos como sociedad era el mejor mecanismo. La sociedad nos facilita actuar como vehículo de formación y facilita la elaboración de proyectos y actividades.

P. Sociedad en vez de plataforma, ¿os hará ganar peso como interlocutores válidos?

R. Que ganemos peso dependerá del trabajo que seamos capaces de realizar, que creo que será muy bueno por el grupo que formamos. Obviamente, la sociedad debe ser informada por parte de las administraciones ante cualquier actuación que le repercuta. Es decir, ahora estaremos invitados a expresar nuestro parecer en una mesa donde es posible que los que se reúnan y tomen las decisiones sepan mucho de política pero poco de nuestra realidad. La plataforma sonaba a reivindicación pura y dura, pero no queríamos quedarnos sólo en eso.

P. En la próxima reunión de la Sefar se debe decidir si se constituye como sociedad científica o profesional. ¿Cuál es la diferencia?

R. Sea cual sea su carácter final, los fines de Sefar serán los mismos: mejor formación, promoción del rural y reclamar una justa remuneración. La sociedad científica reafirmaría nuestro carácter sanitario, nos situaría al mismo nivel que otras ya existentes como Sefac y SEFH, conservaría su vertiente reivindicativa y nos ofrecería un margen de actuación mayor. En cambio, hay compañeros que creen que ponerla la etiqueta de científica menoscaba su carácter reivindicativo.

P. “Mejorar la promoción del rural”. ¿Es el momento crucial para mover ficha, tras haber criticado el abogado general de Luxemburgo nuestros baremos?

R. Habrá que esperar a saber si el Tribunal de Luxemburgo confirma en la sentencia de la cuestión prejudicial asturiana lo sugerido por el abogado general. Para nosotros, ese informe no sólo obligaría a modificar baremos de adjudicación, sino que también es una crítica a todo el sistema de planificación, aunque no haya trascendido tanto. El sistema de acceso a las boticas es una de las desigualdades del modelo que hemos denunciado.

P. Otro objetivo: la Vocalía nacional de Rurales en el Consejo General. En los nuevos estatutos nada se refleja finalmente.

R. No ha habido suficiente valentía por parte del comité directivo del Consejo. No tomar en consideración la creación de esta vocalía sólo refleja dos cosas: la negación de la diferencia de ejercicio rural respecto al urbano, diferencias que sí reconocen en privado, y la necesidad de reafirmarnos en el movimiento asociativo como único medico de solucionar nuestros problemas.

P. Al menos, tras petición de varios presidentes provinciales, sí se acordó estudiar la creación de esta vocalía nacional en el futuro.

R. Conocemos estos apoyos y nos alegra observar que el trabajo de concienciación va calando. Lástima que no hayan tenido fuerza para influir en las decisiones del Consejo general.

P. Con la constitución de Sefar, ¿se podrá hacer más fuerza?

R. El objetivo no es poner un cartel que diga “vocalía nacional de rurales”, sino que tengamos voz y voto, como así la tienen ya otros colectivos con menor presencia a nivel laboral.

P. En el Consejo hablan de crear “nuevos espacios de participación de los rurales”.

R. Lo valoramos como una frase habitual del lenguaje político. Hay que ver qué espacios de participación son los que se pretenden crear, los objetivos… Pero, sobre todo, observar una voluntad clara, no literaria ni de cara a la galería.

P. En resumen, ¿no observan voluntad por parte del Consejo?

R. La nueva Junta directiva del Consejo está agotando el plazo que se debe conceder a todo equipo que accede al cargo por primera vez. Es el momento de mostrar valentía para afrontar los problemas y perder el miedo a los cambios, porque son necesarios. El gesto principal sería que la propia presidenta, Carmen Peña, mostrara interés en ello.

P. Ustedes han pedido reunirse con el Comité directivo y sus miembros aseguran querer reunirse con ustedes. ¿Por qué no se produce el encuentro?

R. A finales de julio de 2009 se envió la solicitud vía carta a través del Colegio de Madrid. Posteriormente, la misma misiva se entregó en mano en el registro del Consejo con fecha de entrada 25 de septiembre. Medio año después, ni nos han contestado, por lo que hemos de suponer que, o bien el registro no funciona como debiera o no nos han tenido en consideración.

P. ¿Insistirán?

R. Una vez inscrita Sefar volveremos a pedir una cita. Esperemos que en esta ocasión Peña nos reciba y, si es posible, que también esté presente el vocal de Oficina de Farmacia, Teodomiro Hidalgo.

P. Hidalgo ha indicado que vuestras reivindicaciones “aun siendo lógicas, ninguna de las conocidas ponen los pelos de punta”…

R. Corrobora que las reivindicaciones son lógicas, pero yo añadiría que, además, son justas. Sus manifestaciones reflejan desconocimiento respecto a la problemática de muchas farmacias rurales, en especial las más pequeñas. A la vista está que la vocalía de Oficina de Farmacia no está cualificada para solucionar un problema que no lo considera como tal. No lo conocen o no lo quieren conocer.

Registro y sede en el Consejo General de COF

Una vez que a mediados del próximo mes de marzo se confeccionen y aprueben los estatutos originarios de la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar), el siguiente paso será la inclusión de la misma en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior. Los fundadores de Sefar también han solicitado que la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) pueda ser a su vez la sede oficial y de encuentro de la nueva asociación del colectivo rural. Una solicitud que parece que contará con el beneplácito del Consejo, ya que es norma habitual dar amparo a este tipo de solicitudes (a día de hoy, otros organismos como la Asociación de Farmacéuticos Católicos o la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria ya tienen su centro de operaciones en el edificio del Consejo General, incluso sin la necesidad de colegiació completa de todos sus socios).

En concreto, esta solicitud se ha realizado por dos vías, una institucional y otra más directa. Respecto a la primera, un representante de Sefar, concretamente Isabel Enríquez, vocal de rurales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, presentó el pasado 15 de febrero una carta en el Registro del Consejo General en la que se realizaba la solicitud. Dicha carta se complementó con el envío de otro escrito con el mismo contenido al vocal nacional de Oficina de Farmacia del Consejo General.

Pese a que aún no han obtenido respuesta, aunque se espera recibir en el transcurso de los próximos días, desde la Sociedad Española de Farmacia Rural dan por hecho que podrán tener en la sede del Consejo General un punto de encuentro para la celebración de reuniones y cualquier otro acto. El hecho de que el mismo se ubique en la capital de España es considerado fundamental para minimizar en lo posible las dificultades de desplazamiento de sus componentes. “Nadie entendería que nos negaran la sede”, manifiesta su presidente, Francisco Javier Guerrero.