carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 27 de noviembre de 2015 h |

Hace cuatro años había en España 16.700 visitadores médicos en Atención Primaria. Esta cifra se había reducido a los 11.000 hace un año, la gran mayoría irrecuperables. En los últimos doce meses la Confederación que los agupa, Ceatimef, ha restado de sus cifras otros 1.000. “En Atención Primaria la visita médica la han desinflado”, dice su presidente, Oscar Rilo, que desde abril de 2014 también ocupa la presidencia de la Unión Internacional de Asociaciones de Delegados Médicos. Paradójicamente, la visita hospitalaria sigue registrando crecimiento desde hace años. Este segmento ocupa actualmente a entre 2.000 y 2.500 personas, según las estimaciones de Ceatimef.

La crisis económica se ha cebado especialmente con esta profesión, que con más de 50 años a sus espaldas ha visto con sorpresa cómo su actividad ha vuelto a ser puesta en tela de juicio. “A estas alturas presentar una PNL para que por un lado no se hagan congresos médicos en Galicia y que por otro se prohíba la visita en centros de salud y hospitales me parece algo que ya estaba olvidado”, asegura Rilo, en referencia a la moción presentada hace unos días por la Alternativa Gallega de Izquierdas, rechazada con el voto mayoritario del PP y la abstención del grupo socialista. “Parece que no se acuerdan de que existe un Real Decreto, además de dos directivas europeas. Estamos superregulados e inspeccionados. No estamos aquí por casualidad”, añade Rilo.

La PNL presentada por la Alternativa Gallega de Izquierdas es la plasmación de una idea planteada en los programas electorales de muchos partidos emergentes de izquierda que gobiernan en coalición en algunas comunidades. Pero Ceatimef se resiste a pensar que ello ha supuesto un paso atrás en la consideración social de la figura del visitador médico. “Todo lo contrario. Le hemos dado un vuelco total a esa impresión que había y asociaba al visitador con una mala imagen”, dice Rilo.

Ceatimef lleva años luchando por la especialización de la profesión. Gracias a ello, España sigue siendo a día de hoy el único país donde hay un posgrado oficial en Información Técnica del Medicamento, realizado en la Universidad de Vigo, adaptado a Bolonia y válido para toda la Unión Europea. Al mismo tiempo, la confederación ha mantenido contacto con muchos organismos, instituciones y administraciones, incluídos el Europarlamento, su Comisión de Salud Pública (ENVI) y la de Mercado Interno para conseguir que el reconocimiento profesional que ya está plasmado en la directiva de Cualificaciones Profesionales, que entró en vigor en enero de 2014, se plasme definitivamente en todos los países miembro de la Unión Europe.

La lucha por el reconocimiento oficial de la profesionalización de la actividad del visitador también afecta a España. “Es inadmisible que en las directivas europeas se impongan normas a los visitadores médios pero no se reconozca esa profesión”, dice Rilo. Los visitadores españoles siguen esperando a que el gobierno de el visto bueno a la Ley de Servicios Profesionales, que permitiría a las asociaciones de informadores técnicos sanitarios convertirse en colegios profesionales o en asociaciones reconocidas jurídicamente.

En España los contactos se suceden con los ministerios de Economía y Sanidad. Ceatimef espera que los contactos den fruto a corto plazo, lo que permitiría dotar al colectivo de otra capacidad organizativa necesaria para defender, según Rilo, “una profesión de interés general, basada en la farmacovigilancia y el interés del medicamento”.