Casi 5.000 informadores técnicos sanitarios han perdido su trabajo desde 2008

Ceatimef dice que la visita no tiene “nada que ver” con el gasto farmacéutico

| 2011-05-13T15:18:00+02:00 h |

c. r. / a. d. c.

Madrid

La crisis se ha cebado especialmente con el censo de informadores técnicos sanitarios, que han pasado de casi 16.700 a 11.411 en los últimos tres años y medio. La previsión es que tanto los ERE como los despidos puntuales continúen a lo largo de este año. Ceatimef, la confederación que los agrupa, prevé llegar a diciembre con 10.000 visitadores médicos censados.

“Una salvajada”. Así califica su situación el presidente de Ceatimef, Óscar Rilo, máxime si se tiene en cuenta que esta profesión, en la que tradicionalmente apenas ha habido paro, ha tenido que adaptarse a un proceso de bajas continuas. Hasta ahora la situación más peliaguda se ha producido en las zonas grandes. A principios de 2010, Madrid tenía censados unos 2.200 visitadores médicos, ahora ronda los 1.700. El caso de Barcelona es todavía más sangrante. Sandra Gosálvez, presidenta de la Asociación Profesional de Visitadores Médicos de Barcelona, cifra la pérdida en unos 800 profesionales.

Cabe destacar que cuando señalan las “medidas sanitarias del Estado” como principal causa de su situación, las asociaciones de visitadores médicos se refieren a mucho más que a los ‘decretazos’, cuyo impacto es evidente a la hora de buscar las causas de las reestructuraciones de plantilla. Para Adevime, la asociación madrileña de visitadores, una justificación adicional se encuentra en el apoyo del Gobierno al consumo de genéricos. “Al reducir los márgenes de ingresos, los laboratorios han reducido sus costes fijos, las plantillas”, afirma su presidente, José Félix Rodríguez.

Desde Barcelona se pone el acento en las medidas que, “por temas económicos”, frenan la innovación. “Se están ralentizando las salidas de nuevos productos”, indica Gosálvez. Para ella, casi todas las medidas del Ejecutivo inciden básicamente sobre la industria innovadora, y precisamente por ello son las empresas más dinámicas las que más sufren la situación, tanto en su vertiente de I+D como comercial. La situación no solamente es irreversible, sino que puede ir a peor. “Habrá empresas que se marchen”, asegura Rodríguez.

Los malos de la película

En 2009, cuando ya estaba claro que la crisis ni mucho menos había tocado fondo para el colectivo, la federación apostó por capearla y luchar por una titulación oficial y una formación específica. Hoy día, esos dos retos son una realidad. De hecho, Ceatimef se considera pionera a nivel mundial, y muchos países, dice Rilo, intentan hoy copiar su modelo formativo.

Pero esto no ha erradicado el que todavía es el gran handicap de esta profesión: su mala fama. “Somos los malos de la película”, dice Gosálvez. Ella lleva once años en la profesión y asegura no haber visto nunca acciones como las que han motivado la creación de plataformas como “No, gracias”, que se autodefine como la respuesta de algunos médicos “ante cualquier regalo, por mínimo que sea, de los laboratorios farmacéuticos”.

Desde Ceatimef también se cree que afirmaciones como ésta se encuentran “fuera de lugar” y que las críticas al colectivo están “totalmente desfasadas”. Para Rilo, “la visita médica no tiene nada que ver con el gasto farmacéutico”. Además, afirma que la propia actividad ha evolucionado mucho, y desde hace años su colaboración con el colectivo médico es básicamente a nivel formativo.

Los visitadores médicos se esfuerzan por trasladar la idea de que la industria es todavía el único vínculo importante de formación para los médicos. “Facilita una formación constante que de otra manera el médico no tendría y que se vería obligado a cubrir de otra manera”, dice Rodríguez.

Adevime cree, además, que hay dos factores que hacen que la actividad de los visitadores haya dejado de ser “un elemento peligroso para el sistema”. Por un lado, la propia reducción de la plantilla. Por otro, algunas iniciativas autonómicas. “Al dirigir la prescripción de fármacos con la informática, el médico deja de decidir y el trabajo del visitador queda en un segundo plano”, dice su presidente. Gosálvez comparte esta opinión. “El sector médico está mucho más presionado por su propia empresa, la Administración, que por nosotros”, afirma.

No obstante, los debates se suceden. En el Parlamento catalán, CiU y PP lograron que no saliera adelante una moción de Iniciativa per Cataluña que tenía como objetivo prohibir la actividad informativa y de promoción de la industria. La colegiación profesional es el siguiente paso con el que el colectivo quiere asegurar su futuro y alcanzar un reconocimiento jurídico para que, como dice Rilo, “se le deje de utilizar como moneda de cambio”.