José María López Alemany
Habrá revisión semestral del listado de precios menores y entrará en vigor el próximo 1 de julio para todas las comunidades autónomas. Ésta es la principal conclusión a la que se llegó en la última Comisión de Farmacia del CISNS. Por ello, han saltado todas las alarmas en el sector y ya se habla de un perjuicio y unas consecuencias aún peores que el desbarajuste causado en enero por la revisión de ese mismo listado. Y es que, a diferencia de lo ocurrido en enero, los cambios de precio que las compañías quieran realizar deberán ir acompañados de un cambio en el código nacional. Esto conlleva no sólo un procedimiento administrativo sino la retirada de todos los envases con código antiguo y la reimpresión de todos los elementos de acondicionamiento, incluyendo cartonajes, prospectos y blísters. Un proceso que lleva mucho tiempo y supone un desembolso económico enorme para las maltrechas economías de las compañías de genéricos.
De no solicitar cambios de precios, la oferta de productos en precio menor quedaría limitada a la escasa capacidad procedente de laboratorios mínima cuota de mercado, con lo que el fantasma del desabastecimiento estaría a la vuelta de la esquina.
En cualquiera de los dos casos, las farmacias podrían verse obligadas a asumir la dispensación de medicamentos a precios muy inferiores a los de adquisición, con lo que las repercusiones sobre estas serían devastadoras. Y todo por un 0,4 por ciento de ahorro.
Es hora de volver a hablar de cuotas de mercado mínimas para establecer tanto precios de referencia como precios menores para evitar despropósitos como el que llega.