| domingo, 15 de febrero de 2009 h |

José María López Alemany

Esta semana la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) ha hecho públicos los resultados del mercado de publicitarios y parafarmacia en 2008. Ha sido un mal dato. Tras un año, 2007, en el que se había logrado hacer repuntar las ventas de los medicamentos publicitarios, el pasado ejercicio se cerró con un descenso del 3,1 por ciento de las ventas respecto al año anterior, situándose en 603 millones.

Tiene razón Rafael García Gutiérrez, director general de Anefp, en reclamar la urgente ayuda del Ministerio de Sanidad. No pide nada que vaya a perjudicar a nadie, y mucho menos a los pacientes. Sólo pide un poco de coherencia con lo que existe en el resto de la Unión Europea y con las necesidades de nuestro Sistema Nacional de Salud.

Fomentar el autocuidado, como ya hemos dicho en numerosas ocasiones, permite a los pacientes una mayor libertad y capacidad de decisión en los trastornos menores. Además, ofrece a los farmacéuticos una excelente vía de desarrollo profesional y, por otro lado, permite destinar los escasos (y este año mucho más) recursos que van dirigidos a la sanidad a tareas y patologías de mayor entidad.

Considero que la Administración tiene miedo a ser acusada de hacer un ‘medicamentazo’ en plena crisis, pero esta cuestión, al igual que el desagradable debate del copago, que gran parte de los economistas apoyan, son cuestiones que no se deben eludir.

Por eso, por necesarias y urgentes, deberían ser incluidas en el Pacto por la Sanidad. Por el bien de todos, tanto sanitario como económico.