| viernes, 11 de mayo de 2012 h |

La internacionalización y la diversificación hacia mercados ajenos a la financiación pública están siendo la tabla de salvación de las compañías nacionales. Es triste pero así es. La compañías locales que pretendan aguantar operando solo en España y solo en el ámbito de la prestación pública, lo tienen muy mal para sobrevivir.

La situación por la que pasa la industria y la presión continua de la administración hace peligrar no solo las inversiones de las compañías multinacionales sino incluso la continuidad de las compañías de un tamaño más reducido. Así el presidente de Farmaindustria, Jordi Ramentol, ha llegado a afirmar que si no cambian mucho las cosas “solo quedarán de pie las compañías nacionales que operan también en el extranjero, aunque también sufrirán mucho”.

El problema es muy relevante y, por supuesto que no afecta solo al sector ya que el peso de la industria en el Producto Interior Bruto de nuestro país pasó en solo un año de representar un 14 por ciento a un 12. Si no se corrige la tendencia va a ser muy difícil salir del pozo en el que estamos ya que continuaremos con destrucción de empleo y sin actividad económica.

Por todo ello es necesario empezar a poner las bases para una estabilización del tejido productivo, empezando a ofrecer un entorno mínimo de estabilidad y previsibilidad para generar confianza y potenciar la actividad. En este sentido, el nuevo ofrecimiento que Ramentol hará al Gobierno para fomentar las inversiones a cambio de un marco estable puede ayudar a impedir la destrucción del tejido industrial farmacéutico. Algo imprescindible.

@JoseMLAlemany en Twitter