Si Adam Smith, que ha pasado a la historia como uno de los padres del capitalismo, levantara la cabeza, se vendría a vivir a la Comunidad de Madrid, y no por lo bien que tiran las cañas. Y es que mientras los máximos defensores del liberalismo económico y la mano invisible del libre mercado de todo el mundo se ven obligados a pedir ayuda al ‘papá Estado’ para que les saque las castañas del fuego con dinero público, en Madrid la lideresa del PP, Esperanza Aguirre, se aferra a los principios liberales con más fuerza que nunca, basando en ellos toda su acción de gobierno e impregnando con esta filosofía la sanidad de los sufridos madrileños.
Nos dirán algunos que la sanidad en Madrid sigue siendo de titularidad pública, aunque su gestión sea cada vez más privada. Incluso habrá quien defienda que quienes protestan al consejero Juan José Güemes a la puerta de los hospitales no son más que sindicalistas sin escrúpulos que lo que no quieren es trabajar, y que por eso hay que señalarles con flechas rojas en imágenes de vídeo que demuestran la gravedad de su crimen: manifestarse para defender la sanidad pública al creer que está en peligro.
Pero, tengan o no razón estos trabajadores, es evidente que se enfrentan a una forma de ver la sanidad donde lo que prima es la rentabilidad de empresas privadas. Se trata de un concepto legítimo, pero no a la hora de abordar un derecho universal que permite tratar a todos por igual independientemente de su capacidad económica. Incluso presuponiendo que estos nuevos gestores de la sanidad pública se empeñen en dar un servicio de calidad y lo consigan, es evidente que su interés primordial será el de alcanzar el máximo beneficio económico, todo a costa de dinero público y en uno de los pocos ámbitos donde no hay que escatimar en gastos.
Otra cosa es pensar en un modelo distinto, donde uno tenga acceso a las prestaciones según la cuota del seguro que pague, pero seguro que Esperanza Aguirre no pretende ir tan lejos… ¿O, sí?
Mientras en la CAM se aplican en los hospitales los principios de economía de mercado de Adam Smith, Bernat Soria, se va a EEUU a ilustrar a los asesores de Barack Obama y John McCain sobre cómo es posible que gastando una tercera parte menos que ellos por ciudadano, y con dinero público, se ofrezca una cartera de servicios más amplia para la totalidad de sus ciudadanos, paguen o no seguro. Que me lo expliquen.
Antonio González es periodista del diario ‘Público’