José María López Alemany
Mucho está cambiando la percepción sobre el asociacionismo de pacientes en España. Hace uno años se les veía como elementos de presión que defendían exclusivamente sus intereses particulares e, incluso en algunos casos, los de determinadas compañías farmacéuticas que pagaban parte de sus gastos. Pero la profesionalización de estas entidades, por un lado, y el establecimiento de unas reglas claras y transparentes en las relaciones entre la industria farmacéutica y estas organizaciones está permitiendo que su voz sea cada vez más tenida en cuenta.
En este número de EG publicamos un especial sobre asociaciones de pacientes que profundiza en sus demandas y opiniones sobre diversos asuntos, incluyendo aquéllos más espinosos. Además, recogemos la opinión que tienen desde diferentes administraciones regionales sobre la participación de los pacientes, la visión que tienen los profesionales sanitarios sobre este movimiento así como las actividades de la industria farmacéutica en relación a los mismos.
Es imparable, los pacientes reclaman, y conseguirán, que su voz se escuche en todo aquello relacionado con la sanidad. Su visión, a puerta de consulta es la mejor de las encuestas sobre el funcionamiento de los servicios y sus propuestas de mejora cuentan con el aval de su conocimiento del sistema.
Además, las certificaciones de calidad que se están otorgando a muchas de ellas garantizan un funcionamiento adecuado y alejado de los intereses meramente particulares que antaño podían identificar a algunos de los representantes de estas asociaciones. Por todo ello, el futuro será con los pacientes, o no será.