| viernes, 10 de junio de 2011 h |

José María López Alemany

Esta semana la CE ha pedido a España la realización de nuevos ajustes en las cuentas públicas, con el objetivo de asegurar el cumplimiento del objetivo de déficit. Se trata de un aviso que genera aún más dudas sobre la grave situación económica de nuestro país y, especialmente, de las comunidades autónomas.

No es que haya que esperar a que la CE le pida ningún tipo de ajuste al Gobierno de España para ser conscientes de que éstos llegarán y que será muy probable que vuelvan a afectar a la Sanidad. Las comunidades autónomas están totalmente arruinadas y están planteando ‘economías de guerra’ para los próximos años, periodo en el que todo lo que no sea pagar los salarios, si es que es posible hacerlo, será prescindible. Al menos, de momento.

Por todo ello y, ante el riesgo de nuevos recortes indiscriminados, ha llegado el momento de defender la eficiencia, la innovación y la inversión. Es decir, defender que todo aquello que genera un valor indiscutible no puede ser tratado igual que aquello que genera escasos beneficios. Simplemente por razones de justicia, ética y sentido común ha llegado el momento de exigir un tratamiento individual en la aplicación de las medidas de recorte.

Pero también ha llegado el momento de que todos asumamos que igual que no es sostenible en sanidad dar ‘todo para todos y gratis’ tampoco es posible que todo y todos se beneficien del mismo modo de la financiación pública, por ejemplo. Por el bien del sistema y por el bien de los agentes del sector, el café para todos debe acabarse.