La informatización del sistema sanitario evitará la fragmentación de tratamientos

Los boticarios de atención primaria recomiendan prevenir antes que recetar

| 2009-10-23T17:07:00+02:00 h |

MARÍA MORGADO

Sevilla

El envejecimiento va unido a un deterioro físico, y la respuesta sanitaria es fundamentalmente farmacológica. La consecuencia puede ser un paciente polimedicado y un potencial riesgo para la salud. Así lo explicó Vicente Baos, médico de familia y coordinador del grupo de utilización de fármacos de Semfyc y el encargado de abrir la ronda de conferencias del 14º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap). Según él, “entre el 20 y el 50 por ciento de los mayores de 65 años toman cinco o más pastillas diarias”. Esta circunstancia precisa, en su opinión, revisar los tratamientos, priorizar los problemas que más afecten al paciente y vigilar el cumplimiento deben ser prioridades.

Éste fue uno de los asuntos que se trataron en un evento que consiguió reunir la semana pasada a cerca de 400 profesionales en Sevilla. Una cita en la que Baos recalcó la importancia de una relación estrecha entre médico y boticario, por lo que lamentó “el tópico de que los farmacéuticos son de otro mundo y casi enemigos que aún mantienen muchos compañeros de profesión”.

Los factores que llevan a la polimedicación en mayores son múltiples, desde trastornos asociados a la edad, a otros sociales (como el aislamiento) o, incluso, psicológicos (ansiedad, desmotivación o tristeza). Pero Baos exigió una mayor implicación de todos los expertos, ya que, según insistió, “el principal factor del problema es el sistema sanitario, que lleva siempre a la pastilla”.

Fallos detectados

Entre los fallos detectados y que fueron señalados durante el congreso, Baos criticó la fragmentación de la atención sanitaria, debida a la escasa coordinación entre áreas o especialidades y la aplicación de terapias “por si acaso”. Por ese motivo, consideró que “lo que hay que hacer es pararse a hablar con el paciente o su cuidador” para la evaluación de tratamientos y, si el paciente tiene una polimedicación adecuada, entonces abordar el uso que hace de ella para reducir riesgos o interacciones. “El farmacéutico de atención primaria debe diseñar programas del paciente polimedicado, como se está realizando en numerosas comunidades autónomas”, dijo.

Las diferentes mesas presentadas en el congreso abordaron el empleo de medicamentos adecuados en algunas de las patologías más comunes en este grupo de pacientes, como las enfermedades cardiovasculares o el uso de antidepresivos. María José Calvo, farmacéutica de atención primaria en el Servicio Madrileño de Salud, alertó de que la mayor parte de estudios clínicos dejan fuera a los mayores por lo que, en ocasiones, “hay que extrapolar resultados con la esperanza de que sean beneficiosos”.

A este respecto, Calvo apostó por incidir en la prevención antes de iniciar un tratamiento innecesario. Como ejemplo, ante el problema de las fracturas en los mayores, expuso cómo algunos medicamentos comúnmente utilizados influyen en el riesgo de caída.

Historia clínica

Por otro lado, Baos citó datos de 2008, cuando el gasto farmacéutico a través de receta oficial del Sistema Nacional de Salud ascendió a 11.960,5 millones de euros. Una de las soluciones para reducirlo pasa por “que la historia clínica sea única”. La informatización del sistema sanitario centró la conferencia de clausura a cargo de Alejandro Jadad, experto en tecnologías de la información y comunicación aplicadas a la salud y director del Centre for Global e-Health Innovation de Toronto (Canadá).

En su intervención, señaló hacia proyectos virtuales que aumentan la calidad de vida, como Opimec, una plataforma que incorpora herramientas de la web 2.0 para consolidar una comunidad de gestores, profesionales sanitarios, investigadores y ciudadanos que facilite reducir el impacto de las enfermedades crónicas complejas.