El Departamento vasco de Sanidad comenzó en 2009 la trasformación asistencial hacia las enfermedades crónicas para optimizar recursos

Los participantes en un debate organizado por Contenidos resaltan que en la estrategia de cronicidad es importante la prevención

| 2011-10-07T17:16:00+02:00 h |

REDACCIÓN

Bilbao

La coyuntura socioeconómica actual ha acelerado la toma de decisiones para poner en marcha de sistemas que incrementen y aseguren unas prestaciones sanitarias de calidad y eficientes. En el caso de la Sanidad pública vasca estas decisiones, entre las que impera un cambio de modelo de gestión hacia la cronicidad, comenzaron a tomarse hace años. Así lo aseguró Jesús María Fernández, viceconsejero de Sanidad del País Vasco, durante un debate celebrado en la sede del COF de Vizcaya. Un debate en el que donde destacó que en este comunidad han tenido “la oportunidad de intervenir de una manera temprana, con la toma de medidas importantes en el gasto sanitario poco después de que estallara la crisis económica, cuando asumimos el gobierno en 2009”.

En la cita, organizada por el Grupo Contenidos, participaron también Joseba Julen Ballestero, director gerente del Hospital de Basurto de Bilbao; María Asunción Echeveste, doctora del servicio de Hematología del Hospital Donostia; Daniel Zulaika, coordinador del Plan del Sida del País Vasco; y María Puy Figuero, responsable de Servicio de Farmacia del Hospital de Cruces de Barakaldo (Vizcaya). Un debate, moderado por el director general del Grupo Contenidos, José María López, en el que se planteó cuáles son los retos que se proponen en el sistema sanitario vasco para hacer frente a la crisis. Una pregunta para la que todos coincidieron en la respuesta: continuar con el cambio de modelo de gestión hacia la cronicidad, en la que los pacientes gestionen de su enfermedad.

La medida, en aras de optimizar recursos y descongestionar un sistema sanitario con cada vez más enfermos crónicos, requiere de un cambio integral en la asistencia que se traduzca en invertir en tecnologías de la información, como la teleasistencia, y en integrar los cuidados de atención primaria y hospitalaria. En este sentido, Fernández subrayó la “importancia de aprovechar mejor” las tecnologías de la información, algo con lo que coincidió el director gerente del Hospital de Basurto, que alabó el uso de estas nuevas técnicas que paulatinamente se implantan en los diferentes servicios de los complejos hospitalarios del País Vasco.

Por su parte, Ballesteros, destacó “la importancia de priorizar los programas. El programa de anticoagulación, por ejemplo, hace que el especialista trabaje con el facultativo de primaria, que va siendo guiado por el médico experto. Así, se reducen las visitas a los especialistas”.

Zulaika también se refirió a los enfermos crónicos al indicar que necesitan tratamientos de por vida que “están condicionando el sistema”. Una declaración que sostuvo con un ejemplo: “A una persona con 33 años que empieza un tratamiento retroviral podemos darle un esperanza de vida de unos 70 años. El tratamiento contra el sida hay que tomarlo de por vida, y tiene unas consecuencias económicas. Nos encontramos en una situación de peso económico y tenemos que tratar de gastar el último euro con eficiencia”.

Sobre sostenibilidad se manifestó Figuero, que subrayó que para el Servicio Vasco de Salud es una de sus prioridades. De este modo, detalló que desde 1998 trabajan con una central de compras centralizadas de toda la red “en un intento de mejorar la eficiencia en las adquisiciones del marco hospitalario”. Un primer paso que fue seguido de otro que además buscaba armonizar las políticas terapéuticas de todos los centros de la red asistencial. Así nació la comisión corporativa de farmacia, “un órgano consultivo de apoyo técnico al director general en decisiones que tenían que ver con la utilización de fármacos en los hospitales”, relató.

Crisis de ingresos

De otro modo, los participantes en el debate coincidieron en que nos encontramos ante “una crisis de ingresos”, que según Figuero se traduce en un momento de cambio en el que “se desplaza el centro de atención del hospital, a los domicilios del paciente”. Sobre este particular, alabó las políticas de cronicidad puestas en marcha en esta comunidad, pero destacó que “que el gran cambio es que el modelo sanitario que había ha cambiado de tratar enfermedades a tratar pacientes”.

Por su parte, Echeveste apoyó “la implantación del ciudadano en el proceso de su enfermedad”. Sin embargo, a diferencia de sus compañeros, apostó por ampliar los conceptos sanitarios educativos, desde las escuelas”. Asimismo, apostó por implicar al ciudadano y hacerle conocedor de los gastos que pueden generar su enfermedad porque, tal y como comentó, “los que trabajamos en los medios hospitalarios estamos cansados de la mala utilización de estos recursos: urgencias no debidas, patologías que se podían haber evitado… Esto genera costes”.

En este sentido, el viceconsejero de Sanidad apuntó que en la estrategia de cronicidad se “trata de ahorrar con la prevención”. En este punto coincidió con Echeveste al incidir en que “la clave está en la prevención”. Así, detalló que su departamento promueve los niveles de actividad física en todas las edades, pero sobre todo en los jóvenes porque “son medidas que empiezan hoy y se recogen los resultados mañana”. Un ejemplo de estas políticas de prevención que lleva a cabo la consejería son los Programas de Deshabituación Tabáquica que se desarrollan en los centros de salud vascos.

Colaboración e investigación

Asimismo, Fernández resaltó la importancia del trabajo de colaboración entre los profesionales de las áreas asistenciales, y explicó que en algunas comarcas “se está dando un paso más allá” con la integración del hospital general-comarcal con su área de referencia de Atención Primaria, como es el caso de la organización integrada del Bidasoa. “Han creado una unidad de cronicidad asistencial donde los especialistas de cardio, interna y neumo colaboran con los médicos de familia para identificar a aquellos pacientes que tienen más riesgo, ya sea porque necesitan mas medicación o porque han ingresado mas veces en el hospital, haciendo cuidados personalizados para los pacientes”, detalló.

Del mismo modo, afirmó que “hay una serie de proyectos en marcha para hacer que el paciente sea más activo en el cuidado de su salud”, al tiempo que detalló que su departamento trabaja “en algo fundamental, como es el manejo del paciente crónico y la cronicidad de cuidados en casi todos los hospitales, donde los profesionales están trabajando con sus áreas de atención primaria”.

A este respecto, Ballestero afirmó que en su hospital perciben que la estrategia de cambio hacia el modelo de la cronicidad “cala muy bien” en la asistencia primaria, pero no en todos los centros. “En algunos hospitales es mucho más difícil visualizarla que en un hospital terciario”, aseguró. Y es que, según indicó, “es muy difícil hacerle partícipe a un neurocirujano porque con ello no vale. Había otros componentes sanitarios del hospital que se estaban dando cuenta desde hace ya tiempo que esto había que cambiarlo, y estamos apoyando para generar este cambio. Hay que ajustar lo que hace el hospital a los nuevos tiempos y, a la vez, hay que cambiar las estrategias donde vamos”.

Otro eslabón fundamental es un diagnóstico seguro. Un sistema de salud volcado en las enfermedades crónicas tiene que llevar consigo una medicina basada en la evidencia, en la que los datos científicos, estudios de investigación secundarios o pruebas específicas tomen protagonismo para diagnosticar con un mayor grado de efectividad que reduciría costes y pruebas innecesarias.

En esta línea, Echeveste tildó de “crucial” la incorporación de todos los enfermos a los ensayos clínicos porque, a su parecer, “es algo que debe cambiar en la mentalidad”. Y es que, según precisó, “todavía no se llega a entender esto que es práctica habitual en Europa y en Estados Unidos. Tenemos que realizar ensayos clínicos de biosimilares, creo que nos va ayudar reducir los costes”.

Para poder realizar estas pruebas se necesitan medicamentos y un apoyo de la industria farmacológica y tecnológica. Sobre este asunto, la responsable de Servicio de Farmacia del Hospital de Cruces de Barakaldo se refirió al incremento de precios de los medicamentos y el uso de los genéricos: “Estamos ante un escenario en el que no sabemos qué medicamentos van a venir a los hospitales y cuáles se van a quedar fuera”.

Respecto a la investigación Fernández señaló que “lo que caracteriza a la Sanidad vasca es la apuesta por la investigación y la innovación, tanto sanitaria como en áreas en relación con otros sectores de la I+D. Cada apuesta por el desarrollo de cada investigación”. Además, destacó la “colaboración con la industria” porque cree que esta agradece cobrar a tiempo. “Nosotros pagamos escrupulosamente la factura de farmacia extrahospitalaria en el día 12 ó 13 del siguiente mes, y no tenemos problema para terminar el año. El pago a proveedores en general tenemos el segundo o tercer mas costo de todo el SNS”, subrayó.

Gestión

Otra medida fundamental para garantizar la viabilidad de un sistema sanitario es que los sanitarios desarrollen una labor de gestores, sin olvidar que su principal cometido de salvar vidas. Y es que, en los tiempos que corren, los médicos han de mirar más allá e intentar optimizar lo que tienen a su disposición. Sobre este asunto, Ballestero explicó que “había una aparición frecuente en Urgencias de pacientes que tenían una patología crónica”, situación que cree que había que romper con la implantación de nuevos programas de actuación.

“Llevamos tiempos haciendo una priorización de programas. Cuáles son los que pensamos que tienen que tener mas impacto en el paciente y en qué momento tenemos que hacerlo”, señaló. Y puso un ejemplo: desarrollar un mejor asesoramiento con el cáncer y conocer de antemano que tratamiento ha recibido un paciente durante su asistencia primaria para adelantarse y evitar, de esta forma, realizar placas innecesarias con altos costes, entre otros.

A este respecto, Ballestero hizo un especial hincapié con que “hay que devolverle a los sanitarios la capacidad de gestión. El facultativo tiene que ser un buen médico no solo en el diagnóstico y en el tratamiento sino también en la corresponsabilidad de lo que hace”.