La carga asistencial de estos servicios ha aumentado casi un 20% y el gasto farmacéutico en pacientes externos y ambulatorios supera el 80%
La SEFH reclama más plantilla a las administraciones autonómicas para hacer frente al traslado de los fármacos de diagnóstico hospitalario
irene fernández
Madrid
Los pasillos con filas de pacientes a la espera de su medicación son la estampa habitual de los servicios de farmacia hospitalaria de algunas autonomías. Los pacientes externos han aumentado en los últimos años y uno de los detonantes ha sido la salida del canal farmacia de fármacos de diagnóstico hospitalario (DH) para su dispensación exclusiva en hospitales, además del incremento de crónicos y de fármacos de uso hospitalario. En algunos casos, el nivel asistencial se ha disparado en más de un 20 por ciento. Pero ni en Madrid, ni en la Comunidad Valenciana, ni en Andalucía, ni en Cataluña, regiones que más DH han sacado de sus boticas, cuentan con más recursos. Siguen con los mismos farmacéuticos, los mismos auxiliares y la misma tecnología, según denuncia desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
El coste de estos pacientes supone ya hasta el 50 por ciento del gasto farmacéutico hospitalario. “La especialidad tiene cada vez menos de hospital, porque si a los externos le sumamos los ambulatorios el gasto supera el 80 por ciento, mientras que el 20 restante es del paciente hospitalizado”, afirmó Benito García, jefe de Farmacia del Hospital Severo Ochoa.
En Madrid, los primeros DH salieron de las boticas en 2008 y suponen ya un total de 20 principios activos. Sólo con los últimos cuatro sacados el pasado febrero (entre ellos capecitabina DCI), los pacientes del Severo Ochoa se han incrementado en 60, que se suman a los 1.000 habituales y a los más de 100 que se agregaron desde la primera resolución. El impacto de los externos supuso para este centro 2.350.000 euros en 2010, casi un 20 por ciento más que en 2009.
Reorganización
¿Qué hacer ante la falta de recursos? Si hay una palabra que los SEFH han interiorizado en este tiempo ha sido “reorganización”. Algunos servicios, como los andaluces, han cambiado personal de un área a otra para atender la nueva demanda de 250 presentaciones de DH, que se dispensan en el hospital desde enero, cuando entró en vigor la medida aprobada por el Servicio Andaluz de Salud. De momento, según Bernardo Santos, delegado de la SEFH en Andalucía, sólo la mitad de estos pacientes han ido a por su medicación, pues la mayoría de revisiones médicas aún no se han producido.
A pesar del aumento de externos, los farmacéuticos de hospital andaluces se sienten satisfechos por la decisión de la consejería que dirige María Jesús Montero, pero siguen sin plan organizador y sin aumento de plantilla. “En algunos centros el trabajo profesional se ha multiplicado, al igual que la logística o la información a los pacientes, la motivación para la adherencia, el seguimiento de reacciones adversas…”, mantuvo.
En la Comunidad Valenciana más de lo mismo. La farmacia del Hospital La Fe tras la salida de las boticas de 48 presentaciones de DH en 2010, número bastante inferior al que barajó la consejería en primera instancia, ha pasado de 5.000 pacientes a 7.000. “Hemos hecho lo que hemos podido, reorganizando los recursos e intentando dar una calidad que no comprometa el nivel de seguridad del paciente, pero no pueden esperar que con el mismo equipo se pueda dar respuesta a este incremento”, se quejó José Luis Poveda, presidente de la SEFH y jefe del Servicio de Farmacia de La Fe.
“Esos DH deberían ir en teoría a la farmacia comunitaria, pero se deja a merced de las comunidades la forma de su dispensación”, criticó García. Y eso que, según él, “es una medida tachada de economicista porque no hay que pagar el margen al boticario, pero tampoco nosotros tenemos medios para hacer un seguimiento farmacoterapéutico a todos estos pacientes”.
Otra alternativa por la que apuestan algunos servicios pasa por la creación de sistemas de citas, como el aplicado por el Hospital Virgen de las Nieves. En el Severo Ochoa, por ejemplo, quieren reformar además el propio servicio para crear salas de espera que eviten que los pacientes se acumulen en los pasillos. “En otros hospitales madrileños también están haciendo colas en el pasillo en unas condiciones un poco complicadas”, reveló García.
Precisamente, el tiempo de espera ha sido la crítica constante del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof) tras la salida de los 250 DH, además del perjuicio que supone para el paciente tener que desplazarse hasta el hospital en una comunidad que es eminentemente rural.
Además del número de pacientes, los servicios de farmacia han incrementado su trabajo de compra, de almacenaje y de dispensación, como indicó Ramón Casabona, jefe de farmacia del Clínic de Barcelona. “Los recursos humanos y tecnológicos están muy ajustados a las cargas de trabajo actuales”, advirtió. Cargas de trabajo que aumentarán previsiblemente si se trasladan al hospital algunos DH que recoge el recién anunciado plan de austeridad de Boi Ruiz.
Heterogeneidad
Estas medidas dibujan al final un panorama nacional muy desigual. Mientras que la medida afecta en el País Vasco, por ejemplo, sólo a cinco DH, en otras comunidades como Castilla-La Mancha están implicados hasta 12. Por eso, la SEFH exige garantizar la equidad con un listado unificado, ante la inminente llegada de estos fármacos al hospital que ni mucho menos está lejos de frenarse. “La tendencia de trasladarlos al hospital irá en aumento”, opinó García.
La mayor dotación de recursos seguirá siendo el caballo de batalla de estos servicios. Los jefes de farmacia madrileños ya se lo transmitieron al consejero de Sanidad de la región hace unas semanas, aunque no hay aumento de plantilla a la vista. “Todos saben que la calidad asistencial se está viendo afectada”, denunció Poveda. Pero mientras la Administración no actúe, muchos pacientes seguirán su espera en los pasillos.