Secpre 2012/ 47º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre)

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E. Sainz corada Madrid | viernes, 13 de abril de 2012 h |

Un uno por ciento de casos de linfedema posmastectomía tras realizar un vaciado ganglionar. Ése es el casi idílico resultado obtenido por un estudio multidisciplinar llevado a cabo en tres países (Finlandia, España y Bélgica) con transferencia ganglionar microquirúrgica y reconstrucción linfática, presentado en el congreso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre).

“En él se evidencia que cuando haces el estudio ganglionar, es decir cuando haces un vaciado ganglionar o el ganglio centinela por cáncer de mama, puede haber hasta casi un 20 por ciento de casos de desarrollo de linfedema. Sin embargo, cuando se hace la reconstrucción de mama con transferencia ganglionar el linfedema estadísticamente baja a un uno por ciento, es decir, prácticamente desaparece, lo que se hace es la cirugía combinada con lo cual se hace de una forma inmediata y lo que se logra es eliminar este problemas tan importante e invalidante”, asegura Jaume Masiá, director del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Santa Cruz y San Pablo de Barcelona y presidente de la Secpre.

Y ¿en qué consiste exactamente esta técnica? El linfedema se produce por la extracción de los ganglios —linfadenectomía— por lo que se interrumpe el sistema linfático por lo que, para repararlo se transportan ganglios de una zona del cuerpo donde, como los del sistema epigástrico inferior, y se llevan a la zona axilar donde se unen con microcirugía.

“Antes se hacía el vaciamiento pero no se hacía la restitución, ahora se hace una restitución del sistema linfático trasplantándolo desde la zona abdominal baja a la de la axila”, cuenta Masiá.

El futuro está en “fusionar la microcirugía con la cirugía regenerativa”, asegura el experto. Pero el problema a día de hoy es que, mientras la ciencia sigue avanzando y dando nuevas y mejores soluciones a las mujeres mastoctemizadas, como pudo verse en el congreso, la realidad clínica es bien distinta y el problema radica en la aplicación y generalización de toda esa innovación.

Por ejemplo, en el caso concreto de la técnica de este estudio su uso fuera de España podría darse en un plazo no muy largo, a decir de Masiá: “En países vecinos que tienen los medios, su extensión será en breve, es decir, en dos o tres años estará disponible para el 80 por ciento de la población finlandesa o belga. En nuestro entorno dependerá de las personas que manejan los presupuestos nacionales”, asegura.

Problemas de implantación

Y es que, a las limitaciones del sistema sanitario español, que restringe la presencia de cirujanos plásticos únicamente a los hospitales de tercer nivel, hay que sumarle la falta de recursos, que se antoja más escasa tras los recortes anunciados por el Gobierno.

De poco valen hitos logrados en los últimos años, como la restitución de la mama con un gel de plaquetas obtenido de la sangre de una donante practicado en el Germans Trias i Pujol de Badalona en 2011 por primera vez; el estudio con implante de células madre mesenquimales procedentes de la grasa de la paciente (llevado a cabo en el Gregorio Marañón de Madrid desde 2008), o la reconstrucción realizada por primera vez en julio de 2008 en la Clínica Universidad de Navarra con tejido procedente del muslo, cuando en la actualidad la técnica más avanzada generalizada en los hospitales públicos es la reconstrucción mediante colgajo DIEP, que nació hace más de 15 años y que ni siquiera “se aplica en todos los hospitales, sino solo en aproximadamente el 50 por ciento de los centros”, concluye el experto.

En cirugía plástica y reconstructiva es muy importante evitar complicaciones derivadas de los diferentes procedimientos quirúrgicos ya que éstas suponen malestar para el paciente y un consumo de mayores recursos sanitarios para resolverlas. Una buena técnica de fijación de colgajos e injertos de piel permite unos mejores resultados estéticos y mayor satisfacción para el paciente. Y eso es lo que consigue el primer sellante de fibrina de solidificación lenta —Artiss, comercializado por la farmacéutica Baxter—cuya presentación en España tuvo lugar en el marco del congreso.

Está indicado para la adhesión y sellado de tejido subcutáneo en cirugía plástica, reconstructiva y de quemados como sustituto o adyuvante de las suturas o de las grapas, así como complemento para mejorar la hemostasia en superficies de tejido subcutáneo. Durante el simposio “Sellado y adhesión de tejidos: un nuevo avance”, Jaume Masià, hizo una demostración a través de un vídeo de su aplicación en microcirugía linfática y de reconstrucción mamaria.

Además, al ser de solidificación lenta, su aplicación pulverizada sobre la herida proporciona a los cirujanos hasta 60 segundos para manipular y posicionar el injerto antes de la polimerización.