Algunas de las iniciativas del candidato socialista son buenas en la teoría, pero difíciles de llevar a la práctica

El PP mina la credibilidad del PSOE y CiU pide un pacto para que la Sanidad no se utilice para conseguir votos

| 2011-10-07T17:21:00+02:00 h |

carlos b. rodríguez

Madrid

Mantener la ‘joya de la corona’ del Estado de Bienestar puede ser fuente de votos. Por eso, después de echarse en cara los recortes llevados a cabo por las administraciones de uno y otro signo, los partidos políticos se esfuerzan en prometer que no habrá nuevos recortes después del 20-N. La propuesta más concreta para financiar la Sanidad ha sido la del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Propuestas buenas en la teoría, pero complicadas (unas más que otras) de llevar a la práctica.

Solo con la eliminación de las supresiones fiscales a la Sanidad privada, el aumento de impuestos al alcohol y el tabaco y la mejora en la gestión de cobros del SNS a terceros se podrían obtener, según el PSOE, 2.000 millones de euros adicionales, que equivalen al déficit estimado para 2012. El resto de medidas irían destinadas a solucionar la deuda y evitar que vuelva a reproducirse.

Los contras

A primera vista, el gran escollo es que para que estos ahorros repercutan en Sanidad se debe hablar de una financiación finalista, que a fecha de hoy no se ha articulado. Tampoco se sabe cómo podría destinarse a Sanidad la subida de impuestos del tabaco y el alcohol, una práctica que la Comisión Europea declara ilegal.

Pero surgen más trabas en el terreno de lo concreto. El IDIS ha alertado que eliminar las exenciones fiscales en la Sanidad privada puede provocar a la larga más cargas que los ahorros estimados: bajas de asegurados, cierres, despidos y aumentos de costes para la Sanidad pública, sin contar con lo que supondría en farmacia extrahospitalaria. Los usuarios de estos sistemas suelen costearse completamente sus medicinas: unos 259 euros por persona y año.

Los ahorros estimados con el alcohol y el tabaco se enfrentan a un problema lógico y demostrado. Ya se ha incrementado en 2011 y el resultado ha sido una caída de la recaudación en los ocho primeros meses del año. La propuesta, no obstante, cuenta con apoyos. En su día la propuso el consejero de Salud de Cataluña, Boi Ruiz, y la semana pasada la defendió también el viceconsejero del País Vasco, Jesús María Fernández.

El PP contraataca

El PP ha intentado contrarrestar un revuelo favorable a Pérez Rubalcaba al atacar la credibilidad del candidato. Su coordinadora de Participación Social, Ana Pastor, y dos consejeros de Sanidad se han referido a ello. El de Castilla y León, Antonio Sáez, ha calificado las propuestas del PSOE de “política del trilero”, y ha criticado especialmente la apuesta de fíe la sostenibilidad de la Sanidad pública a un modelo de financiación que, según él, se está “incumpliendo” y provoca “tensiones” financieras en las autonomías. Tampoco aprueba el planteamiento de abrir líneas de préstamo del ICO.

Por su parte, desde Madrid, Javier Fernández Lasquetty, califica las propuestas de “engañosas” al considerar que la recaudación no paliaría el problema de la Sanidad, que no es de sostenibilidad actual, sino futura. “Estamos en un sistema que está por encima de nuestras posibilidades”, indicó.

En medio del cruce de acusaciones, el candidato de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, ha evitado entrar en polémicas. Su propuesta vuelve a ser alcanzar un pacto de manera que la sanidad no se utilice para “ganar votos”, sino para garantizar el derecho a la salud.