| viernes, 03 de junio de 2016 h |

El avance asistencial de la farmacia es el ‘mantra’, es el camino y el objetivo hacia el que se quiere dirigir la farmacia para ser un punto de referencia en servicios de salud. En esta línea, la propuesta lanzada en el recién celebrado VII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), aboga por impulsar un servicio de indicación farmacéutica, en un principio en fase piloto, con el objetivo de que se extienda y cuya evolución sería la prescripción complementaria. EG ha tomado el pulso sobre esta cuestión, a los que están a favor y también a quienes no lo ven tan claro. Administración sanitaria, sociedades científicas y boticarios tienen una visión que va desde la ilusión pasando por el recelo, al rechazo absoluto de todo lo que ‘huela’ a intrusismo.

Según el vicepresidente de Sefac, Eduardo Satué, la prescripción complementaria “significa que los farmacéuticos puedan complementar, de forma protocolizada y consensuada con los médicos, algunas prescripciones de forma excepcional”. Esto incluiría, por ejemplo cambios en la forma farmacéutica, como la extensión de la duración del tratamiento o la modificación de la dosis, en caso de que se considere necesario “para mejorar el cumplimiento del tratamiento”. Sefac contó con el ejemplo de Canadá, donde se trata de un servicio más. La ventaja para Sefac es que ahorraría desplazamientos innecesarios al médico y con ello disminuiría el exceso de trabajo que hay en los centros de salud, ya que la farmacia los resolvería.

Hasta ahí parece claro, pero, ¿qué dicen a esto los demás agentes del sistema sanitario? Uno de los ‘peligros’ que ningún profesional quiere tener que enfrentar es el del intrusismo profesional o no tener claras las funciones que les corresponden. De aquí que, ante la nueva propuesta, haya apoyos totales, ciertos síes, aunque con puntualizaciones y negaciones rotundas.

Un sí matizado

Desde la Administración Sanitaria madrileña, Piedad López Roldán, subdirectora general de Información y Atención al Paciente, reconoció que “damos por hecho y tenemos claro que el farmacéutico es un experto en medicamentos”. Ahora bien, ante la pregunta de si para hacer la indicación farmacéutica mejoraría y facilitaría el trabajo poder acceder a la historia clínica, López planteó sus matices, y señaló que es necesario articularlo, consensuarlo y crear los mecanismos necesarios para que se de, “sobre todo con todas las garantías”. Así, destacó la importancia de cuidar los datos de los pacientes por su especial sensibilidad, “sólo se podría acceder a los datos estrictamente necesarios para aconsejar adecuadamente al paciente”, apostilló.

En este sentido se ha posicionado también la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) en declaraciones a EG, su vicepresidenta, María Fernández, ha recordado que no se concretó, sino que se es el momento de empezar a trabajar y que “urge la necesidad de establecer protocolos, que haya canales de comunicación y que sirva para mejorar la atención al paciente crónico”. De este modo, desde Semfyc indican que si se da esto, la prescripción complementaria, “se podría valorar y para ello en un futuro no muy lejano, iniciaríamos un pilotaje, pero está muy verde todavía”, reconoce. Eso sí, deja bien claro que sólo en el caso de patologías menores.

Por otro lado, también se mostró favorable la industria, aunque los matices, en este caso, se orientan más a contar con los pacientes. Así lo manifestó Joaquín Rodrigo, presidente de Sandoz, cuando afirmó “debemos apostar por ello”. Así, para Rodrigo, “si lo que queremos es que el paciente esté bien, hay que hacerlo con mucha integración”, indicó.

Rechazo de la OMC

En declaraciones a EG, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, ha reiterado que cualquier posible ampliación de funciones asistenciales de las farmacias “nunca podrá invadir las competencias exclusivas que la legislación otorga a los profesionales médicos”.

Aunque desde Sefac se incide en que dichas actuaciones se llevarían a cabo en todo caso con conocimiento, coordinación y consenso con los médicos, no parece que esta cuestión ‘gane para la causa’ al máximo representante de la OMC. “Ningún intento de salto cualitativo debe invadir o estar por encima de la definición de competencias exclusivas que nos otorga la ley; y las mismas están muy claras”, expone Rodríguez Sendín.

En concreto, el presidente de la OMC enfatiza un argumento que ya ha manifestado en otras ocasiones a este periódico. “Insisto en lo de siempre: si yo como médico no puedo dispensar medicamentos, nadie debe acometer funciones que le corresponden al facultativo, sea cual sea la definición que se le otorgue a esa función: indicación, prescripción u otro concepto”, expone a EG. Así las cosas, nuevamente parece ser que cualquier atisbo de avance asistencial de la farmacia tiene en el recelo de otros profesionales (al menos en sus corporaciones oficiales) el principal obstáculo hacia el éxito.

Como parte implicada y afectada, los médicos —a través de sus corporaciones y sociedades científicas— sí suelen mojarse a la hora de dar a conocer su valoración de la posible asunción de nuevas funciones asistenciales de las farmacia comunitarias, como sería el caso de la propuesta de Sefac respecto a que desde estos establecimientos se puedan realizar ‘prescripciones complementarias’. En este aspecto, un análisis global diría que desde las sociedades científicas médicas sí parece haber una postura favorable al avance asistencial de las boticas, frente al recelo que parece reinar a nivel de entidades como la Organización Médica Colegial (OMC), oficialmente contraria incluso al seguimiento farmacoterapéutico.

En cambio, la profesión médica opta por no tomar partido en otro de los debates más candentes de la actualidad farmacéutica: la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) e innovaciones. Bien podría decirse que la ‘disputa’ que mantienen la farmacia comunitaria y la hospitalaria por reivindicarse como canal óptimo para estas dispensaciones “no es su guerra”. Por ejemplo, así lo manifiesta a EG el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, al ser cuestionado sobre cuál sería, a juicio de los facultativos, el lugar idóneo para estas dispensaciones: “Es un asunto que no nos corresponde”, indica. Ahora bien, no sin dejar pasar la oportunidad de rebatir algunos de los argumentos utilizados por la farmacia comunitaria para reclamar su dispensación, como es el mayor control clínico (seguimiento) que podrían llevar a cabo en el día a día de estos pacientes: “Creo que el argumento del mayor control del paciente es un argumento muy frágil. ¿Qué hacen si no en la farmacia hospitalaria?”, cuestiona el máximo representante de los médicos nacionales.

En opinión de Rodríguez Sendín, el único telón de fondo en este debate es el precio de estos medicamentos. “Creo que todos los profesionales sanitarios, y más aún los que quieren incidir en su dispensación, deben centrar sus esfuerzos en exigir precios más bajos para las innovaciones u proponer nuevos modelos retributivos o de financiación en torno a estos precios”. Para el presidente de la OMC, “hemos visto en el caso de la hepatitis C que los precios eran excesivos y, por tanto, todas las decisiones que toman las Administraciones en torno a estos fármacos son consecuencia de sus altos precios de partida”, opina.