El Cacof señala que la previsión de agotamiento sería, de momento, infundada

Un informe del Consejo Andaluz pide que se revisen las actualizaciones de precios

| 2009-04-26T18:18:00+02:00 h |

redacción

Sevilla

Las políticas de prescripción por principio activo (PPA) llevadas a cabo en algunas comunidades autónomas siguen siendo válidas para contener el gasto farmacéutico. Así lo indica un informe del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof), que pone de manifiesto que la PPA sigue siendo, aunque de una manera más moderada que en los inicios de su implantación, una herramienta esencial para influir en uno de los condicionantes que determinan el gasto público por recetas del Sistema Nacional de Salud: el gasto medio por receta.

Sin embargo, si bien el Cacof incide en que las previsiones de que los efectos de contención a través de la PPA llegaba a su fin eran “infundadas”, los beneficios para la sostenibilidad del SNS chocan con los perjuicios que generaría la extensión de este tipo de políticas en todo el territorio nacional. A este respecto, el Cacof destaca que los principales perjudicados económicamente por la PPA son los laboratorios y las oficinas de farmacia.

Para el Consejo Andaluz, si en un principio la resistencia a la implantación de políticas de PPA provenía de los laboratorios innovadores, ahora son los de genéricos los que se consideran los principales perjudicados por las mismas. “Son conscientes de que el mismo lanzamiento de sus productos implica que, tras un periodo más o menos breve, éstos se vean afectados por los precios de referencia, con la consiguiente dinámica de competencia en las actualizaciones sucesivas de precios”, indican.

Y es que, para el Cacof, las revisiones de precios, que cada vez más se orientan por los precios menores, provoca una “puja a la baja” entre los fabricantes que les puede conducir a “situaciones apuradas, incluso con riesgos de supervivencia empresarial”. Unos riesgos que, naturalmente, se trasladarían a otro eslabón de la cadena: las oficinas de farmacia.

Por este motivo, desde el Cacof se incide en la necesidad de buscar una fórmula “para atenuar esta dinámica”. Sobre este punto, el Consejo andaluz considera necesario que en las próximas actualizaciones de precios se eviten disfunciones como las que se produjeron el último año, a pesar de ser consciente de que la crisis reduce la posibilidad de llevar a cabo cambios en esta dirección.

Cuatro autonomías

El estudio elaborado por el Cacof analiza la evolución del gasto medio por receta, en el periodo comprendido entre enero de 2001 y diciembre de 2008, en cuatro comunidades de referencia, cada una de ellas con políticas diferentes y específicas de contención y racionalización del gasto por recetas: Andalucía, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana (ver tabla). Cuatro comunidades que originan el 56,28 por ciento del gasto total por recetas del SNS.

Los datos que arroja este análisis por comunidades ponen de manifiesto que tras la implantación de la política de PPA en Andalucía, en septiembre de 2001, el gasto medio por receta se distanció “de forma paulatina y sostenida” de la media del SNS: del -5 por ciento en 2001 al -10 por ciento a finales de 2006. Una variación que, por ejemplo, no experimentó Madrid, una comunidad que no aplicó la PPA: del -5 por ciento a un porcentaje similar en 2008.

Asimismo, observa la política de promoción de genéricos implantada en Cataluña (Estandar de Calidad de Prescripción Farmacéutica) en marzo de 2003. Tras ello, los dos puntos por encima de la media de gasto por receta estatal que presentaba en esos momentos descendió al -5 por ciento en 2008.

Por otro lado, el estudio recoge la evolución del gasto medio por receta de la Comunidad Valenciana. Los niveles se encontraban en septiembre de 2006, cuando aplicó la PPA, cinco puntos por encima de la media estatal. Algo que se disparó hasta el 10 por ciento en mayo de 2008, tras la introducción de los precios de referencia y los precios menores. Sin embargo, a partir de ese momento experimentó un descenso que, en diciembre de 2008, llegó hasta el 5 por ciento.