Vísteme despacio que tengo prisa”, suele decirse cuando se quiere evidenciar que la precipitación y el buen hacer generalmente no hacen buena pareja. Pero lo es peor todavía si los dos componentes de esta ecuación brillan por su ausencia. Es lo que podría decirse de la Comisión Mixta del Instituto de Salud Carlos III, un organismo del que aún nada se sabe, a pesar de que debía estar funcionando desde hace ya dos meses.
Dice el PP que todo apunta a que si la Comisión Mixta no se ha creado todavía es porque el traspaso a Ciencia e Innovación se ha hecho mal, en fondo y forma. Sin embargo, no se trata ya de si el traspaso ministerial ha sido una decisión acertada o no. Ni tampoco de si el método empleado para ello (mediante decreto, aunque se están modificando aspectos de ley) ha sido legal. Se trata de prevenir males mayores y garantizar el ejercicio de todos los trabajadores que operan en los diversos organismos que componen el Carlos III.
Actualmente, en el instituto hay una total perplejidad y una desorganización rampante, dice IU. A ello hay que sumarle no sólo la confusión que tienen las instituciones del instituto entre una dependencia orgánica y otra funcional que no acaban de consolidarse, sino que además la ministra de Ciencia ha introducido el debate de la Ley de Ciencia, con lo cual el Carlos III tiene también un nuevo debate entre aquellos que han entrado como investigadores básicos y aquellos que están ligados a los institutos de salud.
Y por si fuera poco se avecina el debate de una nueva Ley de Salud Pública cuando los institutos de salud pública del Carlos III siguen en el limbo estructural. Ni Sanidad ni Ciencia pueden omitir más tiempo este asunto, ni pueden evitar dar las explicaciones necesarias que justifiquen el retraso acumulado.