LUCÍA GALLARDO
Barcelona
Facilitar el acceso a la píldora postcoital tiene como fin reducir la tasa de embarazos no deseados y de abortos. Sin embargo, la mayor parte de comunidades autónomas que han aplicado la gratuidad de la anticoncepción de urgencia no han visto que esta medida haya tenido repercusiones positivas sobre la tasa de interrupción de embarazos. Andalucía, que fue la primera en introducirla como una prestación gratuita del sistema, ocupa el sexto lugar del país en índice de abortos, con una tasa, en 2006, de 10,46 mujeres por 1.000 de entre 15 y 44 años, según datos del Ministerio de Sanidad. Del mismo modo, Cataluña, la tercera región en cuanto a interrupciones voluntarias de embarazo (una tasa de 13,57), aplicó la medida de la gratuidad en 2004, sin ver aparentemente resultados con la mejora del acceso a la píldora.
Otra de las comunidades con un nivel más alto de abortos, Baleares, recientemente ha introducido la medida, que fue denunciada por el Partido Popular precisamente por considerar que no disminuirá la alta tasa de interrupciones y que, al contrario, fomentaría las relaciones sexuales sin precaución “para, al día siguiente, pasarse por el centro de salud”.
Si el objetivo básico de este producto es evitar embarazos, los expertos y gestores sanitarios se preguntan por qué no es eficaz en este sentido. El primer motivo que ofrecen es que, si no está apoyada por una correcta educación sexual, la mejora del acceso a la anticoncepción de emergencia no cumple su cometido.
Así opina el presidente de la Sociedad Española de Contracepción, Ezequiel Pérez Campos, que señala que, en los lugares donde se realiza un buen seguimiento de las mujeres que han demandado la píldora, sí hay un efecto positivo sobre el índice de embarazos.
Un buen ejemplo de ello es Cantabria, que dispensa la anticoncepción de emergencia en los servicios sanitarios públicos de forma gratuita. Este hecho, según un informe de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno cántabro del año 2006, “ha supuesto que esta comunidad tenga una tasa de embarazos en adolescentes y de interrupciones voluntarias menor que el resto de comunidades”. A este respecto, en el año 2004, en Cantabria 4,51 de cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años se sometieron a un aborto, cifra muy inferior a la tasa nacional, de 8,94.
Desde el informe de la Consejería de Sanidad cántabra se apunta además que, si bien es cierto que tanto la baja tasa de embarazos en adolescentes como la de interrupciones del embarazo en esta comunidad se debe a múltiples factores, “la amplia utilización de la anticoncepción de emergencia, sobre todo por parte de la población joven, contribuye en buena medida a que la comunidad se mantenga en tasas decrecientes”.
Una estrategia más global en el uso de la píldora postcoital es defendida también por el informe presentado el pasado septiembre por la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), que recomienda que se promueva la información sobre la anticoncepción de urgencia al conjunto de la población, garantizando el conocimiento sobre las características y condiciones de uso eficaz del tratamiento postcoital”.
Una entidad preocupada por el uso del producto es la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI). Esta organización, que reúne a la mayor parte de centros de país, ha detectado que numerosos abortos se deben a que la píldora no ha funcionado, por lo que está barajando la posibilidad de iniciar un estudio para esclarecerlo. Aparte de que la eficacia del producto disminuye a medida que pasan las horas, un representante de ACAI señala que otro de los motivos puede ser que “las mujeres usan como anticonceptivo, aunque es sólo una sospecha”.
Esta teoría no es compartida por el Centro de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid. A este respecto, desde este Centro se ha percibido que las mujeres que acuden a esta institución a demandar el producto, no acuden en nuevas ocasiones. Aunque no tienen una constancia real de que esto esté relacionado con el hecho de que no vuelven a necesitarla, sí es cierto, según precisan desde el Centro, que cada mujer atendida por esta cuestión es informada sobre este método.
Uno de los motivos por los que la anticoncepción de emergencia no funciona es que no siempre las mujeres que la utilizan saben que, para asegurar su eficacia, debe ser administrada cuanto antes, según explica el presidente de la Sociedad Española de Contracepción, Ezequiel Pérez Campos. “Hay que tener en cuenta que resulta eficaz en el 85 por ciento de los casos”, añade.
Del mismo modo, la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE) advierte en su informe de que “la eficacia de la anticoncepción de urgencia como medida de prevención de embarazos no deseados está asociada a un rápido acceso y pronta administración del fármaco”. El texto también recoge que el índice de éxito es del 95 por ciento en las primeras 24 horas, tras una relación coital sin protección, por lo que la federación considera que es un imperativo para garantizar la accesibilidad de la misma. “No es una emergencia vital pero su administración debe ser urgente y tiene que estar disponible las 24 horas del día para que la mujer pueda acceder a ella cuanto antes”, señala el informe.