| viernes, 18 de junio de 2010 h |

Hace ahora 40 años que se pronunció una de las frases más recurrentes par a todos los ciudadanos del mundo a la hora de referirse a la existencia de cualquier adversidad: “Houston, tenemos un problema”. Esta frase, pronunciada el 13 de abril de 1970 por el astronauta John L. Swigert, cuando junto a sus compañeros de misión Jim A. Lowell y Fred W. Haise llevaban dos días a bordo del Apollo 13, se encontraban a unos 320.000 kilómetros de la Tierra y explotó uno de los tanques de oxígeno de la nave que debía llevarlos hasta la Luna, refleja exactamente lo que es una llamada de auxilio.

En estos tumultuosos días, en los que los farmacéuticos españoles han mostrado su rechazo a las medidas adoptadas por el Gobierno para reducir el déficit público, medidas que como los RDL 4/2010 y el 8/2010 afectan preocupantemente a su supervivencia, en el Ministerio de Sanidad deben haber saltado las alarmas ante el cariz que han tomado los acontecimientos. Los farmacéuticos se pueden echar a la calle. Colegios como los levantinos y el malagueño ya han anunciado movilizaciones. Otros muchos están a la espera para hacerlo. Por eso, en los pasillos del Paseo del Prado se ha oído eso de: “Ministra, tenemos un problema”. Un problema porque el colectivo farmacéutico no es muy dado a este tipo de movimientos. Porque el último se produjo en 2000, cuando se les vino encima el RD 5/2000. Porque siempre ha sido un sector al que se le podía meter la mano en el bolsillo y que, a pesar de protestar mínimamente, se conformaba con el hecho de que les hubiesen dejado para el baile.

Ahora, tras la aprobación de los RDL 4/2010 y 8/2010, todo ha cambiado. Algo se mueve en el sector y, como les ocurría a los astronautas del Apollo 13, su único objetivo fue regresar vivos a casa. Es decir, que puedan desarrollar su profesión sin que suponga jugar a la ruleta rusa con sus economías. Lo complicado es saber a quién debe rescatar el módulo lunar Acuario. ¿A los farmacéuticos o a la ministra?