| viernes, 05 de noviembre de 2010 h |

No cabe duda de que a día de hoy uno de los principales problemas a los que se enfrentan las oficinas de farmacia en nuestro país es el de la viabilidad económica. Una viabilidad económica que si ahora es una preocupación con el paso del tiempo se convertirá en algo mucho más serio si no se toman cartas sobre el asunto. Y esas cartas las tienen que tomar los farmacéuticos porque, como han podido comprobar durante los 12 últimos años, si alguien las toma por ellos están acabados. Es así de crudo, pero es la realidad, tal y como pone de manifiesto el último Observatorio del Medicamento de la patronal FEFE, que señala que en estos últimos 12 años los sucesivos gobiernos han puesto en marcha 19 grandes medidas de recorte, que han afectado gravemente a la economía del sector y que no han sido efectivas. ¿Por qué? Según FEFE, tal y como repite desde hace tiempo, no actuaron sobre la demanda. Sin embargo, y después de clamar en el desierto durante años, parece que ha llegado el momento de que las oficinas de farmacia españolas insistan y profundicen en otros caminos para poder ser viables.

Uno de estos caminos sería, y así se esbozó durante el pasado Congreso Nacional Farmacéutico, el intentar que las pérdidas que sufre el sector a través de normativas como pudiera ser el Real Decreto 5/2000 pudiesen revertir en él. Es decir, crear una autopista de doble sentido a través de la implantación de medidas como pudiera ser un ‘Plan Profarma’ para estos establecimientos. Un plan que fomentaría el papel asistencial de estos establecimientos sanitarios y que tendría como consecuencia la reducción de las aportaciones establecidas en los márgenes de este real decreto. Es una idea, como pueden y deben surgir muchas otras, pero lo que esta claro, tal y como advierte la consultora Mediformplus, es que las oficinas de farmacia, si quieren ser sostenibles, deben reinventarse (ellos aportan como una pieza clave el fomentar la parafarmacia). Todavía no es tarde.