Qué les pasa a los políticos, que mientras están en activo sólo convencen a sus incondicionales y en cuanto se liberan del peso de la responsabilidad pública empiezan a llamar a las cosas por su nombre y aciertan en sus diagnósticos, convirtiéndose en auténticos estadistas? La semana pasada, en su intervención en el foro Ideas + Diálogo, el ex presidente del Gobierno Felipe González atinó en la mayoría de sus afirmaciones sobre su visión del ámbito sanitario, con un análisis que podría haber firmado cualquier representante de la industria farmacéutica, de la farmacia o incluso de otros partidos. El ex presidente del Gobierno hizo un acertado repaso de los males que acechan a la sanidad española, empezando por el más importante de todos: la financiación. En este asunto, pidió el establecimiento de impuestos finalistas, especialmente sobre el tabaco y el alcohol, para financiar el SNS. No cerró tampoco la puerta al copago, siempre que tuviera una gradación en función de renta para no ser injusto.
González también repitió su propuesta de hace algunas semanas de reducir las oficinas administrativas, empezando por las diputaciones provinciales, así como reducir el número de ayuntamientos, como en Grecia, para ahorrar un punto de PIB que se dedicaría a sanidad. En conjunto, fueron un abanico de propuestas muy amplias que, como es lógico, también incluyó a los profesionales. En este caso, les pidió su apoyo para fortalecer el sistema público. Del mismo modo, solicitó a la Administración a comprometerse con las empresas del sector, con el objetivo de dotar de previsibilidad y hacer cálculos sobre sus inversiones, así como cobrar a tiempo. Una propuesta que fue escuchada por Leire Pajín y Cristina Garmendia que se encontraban entre los asistentes. Por su parte, Ana Pastor, en una entrevista en EG, también aboga por buscar financiación para el SNS, previsibilidad para el sector y uso racional. Al final, resulta que no va a ser la ideología la que separe a los políticos, sino la política. Habrá que desterrarla de la sanidad.
