| viernes, 21 de enero de 2011 h |

La aprobación de la directiva de sanidad transfronteriza ha sido un parto duro, pero no supone por sí misma ningún punto y final al turismo sanitario ni una garantía de financiación para las comunidades. Como ha señalado Manuel Cervera, ahora es necesario el máximo rigor para lograr una compensación real y eficiente del turismo sanitario. Pero ese rigor debe venir por varias vías. Anualmente, las comunidades autónomas facturan muchos millones de euros como coste de una atención sanitaria que posteriormente es compensada por los países miembros en los convenios de colaboración que se establecen para poder resarcir al Estado receptor, aunque no siempre en su totalidad. En esa facturación bidireccional se quedan fuera el tratamiento en urgencias, las consultas externas, la farmacia y el transporte sanitario.

Pero el rigor a la hora de compensar real y eficientemente el turismo sanitario no pasa sólo por los convenios entre países. La nula facturación entre comunidades también provoca auténticos quebraderos de cabeza. El Fondo de Cohesión se ha rediseñado para dar respuesta a ésta y otra cuestiones, pero su puesta a punto aún no se ha efectuado, según se ha puesto de manifiesto en el Senado. Además, sigue siendo necesario un poco de coherencia. Si realmente se quiere poner coto al turismo sanitario, no parece de recibo que en el regreso de Fitur al parque ferial madrileño, Torrevieja se promocione este año como destino turístico sanitario exhibiendo el potencial de sus dos nuevos hospitales.