| viernes, 25 de junio de 2010 h |

El Parlamento es un enorme anfiteatro de personajes tipo, de esos que reúnen un conjunto de rasgos prefijados y reconocidos por el público como peculiares de una función o papel ya formado por la tradición. Al partido del Gobierno se le exige siempre una escasa o nula dosis de crítica (es el que tiene que aprobar los reales decretos-ley), todo lo contrario que al principal partido de la oposición. La esperanza para el debate constructivo está en los grupos pequeños, no condicionados por el resultado de las próximas elecciones generales. Pero cuando estos pequeños grupos se saltan su condición de personaje tipo, pasa lo mismo que en el teatro: que el espectador no se entera.

Para que todo esto se entienda, el otro día fue Trinidad Jiménez al Senado. Se dirigió al senador José Manuel Pérez Bouza, del BNG, que había mostrado su rechazo a la rebaja de los genéricos. La ministra le explicó que esta medida tenía su origen en los descuentos directos a las farmacias que los laboratorios realizaban… Nada nuevo, ¿verdad? Sanidad lo ha dicho muchas veces. ¿O sí es nuevo? Cuando volvió a hablar, el senador agradeció a la ministra unas explicaciones que, según dijo, le eran completamente desconocidas.

Somos conscientes del enorme trabajo que los grupos pequeños tienen en el Parlamento, pero es extremadamente grave tal desconocimiento por parte del portavoz de una Comisión de Sanidad. Y mientras, muchas de las (documentadas) preguntas que la senadora de CiU Rosa Núria Aleixandre le lanzó a la ministra, y que están también en boca de todos los agentes, quedaron sin respuesta.