| viernes, 17 de diciembre de 2010 h |

El año que en pocos días dejaremos atrás ha sido duro. Muy duro desde el punto de vista económico. Una dureza que ha percutido en todo el sector: industria, distribución y oficinas de farmacia. Un año que empezó con los efectos de la crisis económica, discurrió por un camino plagado de reales decretos leyes, y que concluye con la esperanza de que 2011 sea mucho más llevadero. Y es que, durante este año las buenas noticias se han hecho esperar. Tanto que todavía estamos a la espera.

2010 será un año recordado por el sector como el ejercicio en el que se pusieron en marcha dos reales decretos leyes (el 4/2010 y el 8/2010) que han golpeado muy fuerte en las economías de los distintos agentes del sector. Dos textos legales, uno aprobado el 26 de marzo y el otro el 20 de mayo. Dos normativas que supusieron un nuevo recorte, el enésimo, para un sector que desde 2000 ha sido el chivo expiatorio para todos los gobiernos, con independencia del color político de los inquilinos de La Moncloa o de los del paseo del Prado. Un nuevo golpe que, además de provocar tensiones entre los distintos agentes del sector, ha puesto en peligro, por ejemplo, la viabilidad de más de un tercio de oficinas de farmacia españolas.

También se debe destacar que 2010 empezó con Trinidad Jiménez como titular del ministerio de Sanidad y ha finalizado con Leire Pajín como la máxima responsable de un departamento que, además de mantener el marchamo de Política Social engulló el ministerio de Igualdad de Bibiana Aído. Un cambio de ‘jefa sanitaria’ que no ha impedido que las comunidades autónomas hagan y deshagan a su antojo en esta materia. Sí, es cierto que el traspaso de competencias en materia sanitaria otorga a las comunidades autónomas una gran independencia, pero cuando las inequidades sanitarias empiezan a saltar el Ministerio de Sanidad, o el Gobierno, debería tomar cartas en el asunto. ¿Lo hará en 2011? Esperemos.