La repercusión de la bajada de precios es mayor en la botica rural, que vive principalmente de las recetas del SNS

Además, estas farmacias cuentan con menos rotación, por lo que el periodo de convivencia resulta insuficiente

| 2011-03-11T16:38:00+01:00 h |

Sefar celebrará su I Asamblea

La farmacia rural tiene una cita el próximo 21 de marzo, día en el que se celebrará la primera Asamblea de la Sociedad Española de Farmacéuticos Rurales (Sefar). En este encuentro se repasarán todas iniciativas presentadas hasta el momento, pero sobre todo se mirará hacia el futuro con el objetivo de consolidar la sociedad, con la intención de buscar soluciones que garanticen la viabilidad de estas boticas.

Entre los temas que previsiblemente se abordarán destaca la necesidad de que la profesión también aporte a la sostenibilidad del sistema. En este contexto, el presidente de Sefar, Javier Guerrero, propuso la creación de un fondo de compensación denominado ‘céntimo solidario’. En la misma línea que Guerrero está el presidente de los farmacéuticos rurales de Cataluña, Francisco Mateo. “Es muy fácil tirar el perro contra la Administración, pero vamos a ver si nos arreglamos la casa entre nosotros”, explicó.

Por ello, la Asamblea de Sefar pretende convertirse en un foro de participación en el que los compañeros planteen sus propuestas. En este sentido, a pesar de que el mayor problema de estas farmacias es, según Guerrero, la falta de liquidez, también se tratarán otros aspectos que afectan a los profesionales sanitarios del medio rural como puede ser el tema de las guardias. Asimismo, pueden ponerse sobre la mesa otros problemas como la implantación de la receta electrónica en zonas con malas líneas de comunicación.

iria gonzález

Madrid

Llueve sobre mojado. Así podría resumirse el efecto que la entrada en vigor de la nueva Orden de Precios de Referencia (OPR) ha tenido para la botica del medio rural. Si para cualquier oficina de farmacia esta bajada de precios se suma a la ya larga lista de medidas encaminadas a reducir el gasto farmacéutico, para las rurales ha supuesto un nuevo batacazo que dificulta aún más su supervivencia.

Por el momento, los farmacéuticos rurales carecen de una estimación exacta sobre cuál va a ser en cifras el impacto de los nuevos precios. “Mi farmacia no da para hacer estudios económicos”, ironizó Francisco Mateo, presidente de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de Cataluña (Afruc). Lo que sí parece claro es, según Mateo, que la repercusión va a ser aún más acusada en el medio rural, que “vive de la receta” y presenta una venta libre menor que cualquier farmacia media normal.

Otro de los problemas que estos profesionales ven con especial preocupación es la gestión de sus existencias ante el cambio de precios. “Los stocks en las farmacias rurales suelen estar gestionados al detalle”, señaló Javier Guerrero, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos Rurales (Sefar). No obstante, el hecho de que el cartonaje de los productos que quedan en la estantería no lleve marcado el precio resulta muy perjudicial. “Esto hace que no se pueda devolver nada a los laboratorios y que la pérdida se asuma en su totalidad por la farmacia”, explicó Guerrero.

Por otra parte, los farmacéuticos rurales piden periodos de convivencia más amplios ante la entrada en vigor de una orden de estas características. Entre sus argumentos destacan que sus boticas presentan una menor rotación de los productos. Para el presidente de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de Castilla-La Mancha, Pascual García, el tiempo dado actualmente “no es suficiente para ninguna farmacia, pero para el medio rural menos todavía”, máxime ahora que vive una crisis sin precedentes.

“El periodo de convivencia cuanto más corto sea, más perjudicial es para la farmacia rural o pequeña”, añadió Vicente Álvarez, socio fundador de la Asociación de Farmacia Rural Gallega (Asfarga), que recordó que las boticas gallegas vivieron de forma anticipada, con la puesta en marcha en enero del catálogo priorizado de medicamentos, los efectos de la OPR que entró en vigor el pasado 1 de marzo.

Peligra la viabilidad

El resultado final de todos estos aspectos se traduce en la pérdida de valor patrimonial de estos negocios, que el presidente de los farmacéuticos rurales catalanes vive en primera persona al intentar vender uno de estos establecimientos. Al respecto, explicó que muchos compañeros de farmacias pequeñas quieren dejar sus negocios, pero se preguntan quién se los va a comprar en esta situación.

Por su parte, Juan Jesús Ruiz, secretario de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de la Provincia de Alicante (Afarpa), advirtió de que “algunas farmacias están en riesgo”. De hecho, desde Afarpa se emitió recientemente una carta en la que se aseguraba que las medidas para la contención del gasto farmacéutico como las desarrolladas hasta el momento por la Administración ponen “en grave peligro la continuidad del modelo mediterráneo de farmacia”.

Por todo ello, las rurales dicen no aguantar más medidas que no distingan entre farmacias grandes y pequeñas, como es el caso de una OPR, que suele perjudicar más al pobre. “Otra medida de ahorro lineal y muchas farmacias van a correr peligro de desaparición en los pueblos”, concluyó el representante de los boticarios rurales gallegos.