| viernes, 26 de agosto de 2011 h |

Francisco rosa

Londres

Los miembros de las comisiones científicas de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y los expertos que trabajan en el desarrollo de su actividad tendrán que publicar una declaración de intereses en la web de la agencia. Esta es una de las novedades que introduce la nueva política sobre conflicto de intereses de la agencia que entrará en vigor este mes.

El objetivo de la EMA es garantizar la independencia de aquellas personas que trabajan en la evaluación y supervisión de los medicamentos que se aprueban en el contexto europeo y constatar que no tienen intereses ocultos en la industria farmacéutica. Eso sí, el texto reconoce la importancia de contar “con los especialistas mejor cualificados para llevar a cabo la tarea de evaluación y supervisión de los productos medicinales de uso humano y veterinario”, por lo que se trabajará para mantener el “equilibrio” entre ambos aspectos.

Así, entre los principios de la nueva política se establece, como regla general, “que estar empleado o tener intereses financieros en la industria farmacéutica será incompatible con la implicación en las actividades de la agencia”. Igualmente, la EMA se compromete a robustecer los mecanismos de detección de incompatibilidades. ¿Un ejemplo? Todos los aspirantes a un puesto técnico en la agencia deberán completar un formulario, acompañado de una declaración de intereses y un currículum vítae, que se introducirán en la base de datos.

En relación con este asunto, se produjo recientemente una denuncia del diputado socialista francés, Gérard Bapt, quien en 1994 dirigió una queja al comisario de Salud y Protección al Consumidor, John Dalli en relación con un estudio realizado por Xavier Kurz, experto que trabaja en el área de Farmacovigilancia y Gestión de Riesgos de la EMA. Bapt le culpaba de tratar de restar relevancia al impacto de la fenfluramina en el aumento del riesgo de sufrir hipertensión pulmonar primaria. Fue Andreas Pott, director en funciones de la EMA, quien respondió y atribuyó al estudio de Kurz el mérito de retirar los medicamentos que contuvieran dexflenfuramina y flenfuramina.

Nuevo director de la EMA

Otro asunto relacionado con los conflictos de intereses y las incompatibilidades en el seno de la agencia fue la denuncia realizada por los europarlamentarios Andrés Perelló, del PSE, y Cristina Gutiérrez-Cortines, del PPE (ver EG núm. 525). Los dos eurodiputados se quejaron del hecho de que un miembro del consejo de administración de la EMA se presentara como candidato a director ejecutivo de la agencia. El presunto candidato era Pat O’Mahony, quien dimitió recientemente de su cargo como presidente del consejo.

Sin embargo, el reglamento 726/2004 del Parlamento Europeo no establece nada al respecto de esta supuesta incompatibilidad. Así, en el artículo 64.1, únicamente precisa que “el director será nominado por el consejo de administración”, y solamente pone como límite que haya una declaración de interés aprobada por la comisión, un punto que quizás debería revisarse.

Finalmente fue Guido Rasi, director de la Agencia Italiana del Medicamento y miembro del mismo consejo, el nominado para este puesto. Rasi compareció ante la Comisión de Medio Ambiente, Salud y Alimentación del Parlamento Europeo y todo apunta a que se convertirá a partir del próximo mes de enero en el nuevo director de la agencia europea.