| viernes, 09 de marzo de 2012 h |

Si el estado de la industria farmacéutica puede medirse por su capacidad para acometer inversiones, los datos que arroja el Plan Profarma no son muy alentadores. De estos se extrae, si se tienen en cuenta solo las cifras de las compañías que han obtenido la calificación de ‘Excelente’, que la inversión total ha caído de media un 51,9 por ciento durante el último año, al pasar de 31,2 millones en 2010 a los 15 en 2011.

El descenso más significativo se produjo en el ámbito de la producción, en el que las compañías señaladas promediaron un retroceso de 42,5 por ciento. No tan pronunciada, pero igual de relevante, fue la caída de la inversión en I+D, que se redujo en un 29,8 por ciento en 2011. A este respecto, cabe señalar que los datos obtenidos tiran por tierra el objetivo mismo del plan que, según María José Molina, responsable de Financiación de la Innovación de Alma Consulting, “busca que la industria
farmacéutica multinacional implantada en España aumente su esfuerzo inversor”.

También relevante puede considerarse el apartado de personal. En este sentido, las cifras muestran cómo las firmas ‘Excelentes’ destruyeron empleo a un ritmo del 29 por ciento en 2011, ya que comenzaron el ejercicio con un promedio en las empresas con calificación de excelente de 1.957 trabajadores y lo cerraron con solo 1.390.

En este caso también salieron más perjudicadas sus divisiones de producción, área en la que se pasó de los 912 trabajadores en 2010 a los 535 en 2011, lo que supone una reducción de puestos de trabajo del 41,3 por ciento en solo un año. Por su parte, el personal dedicado a la I+D sufrió menos la ‘epidemia’ de despidos, ya que el retroceso solo representó un 13,9 por ciento con respecto a 2010 (de 243 a 211 investigadores).

Los datos de inversión y personal guardan relación con la disminución sustancial que se produjo en las ventas totales, que bajaron un 14,8 por ciento, aunque la caída no fue tan acusada en la cifra relativa a los medicamentos suministrados al SNS, que solo descendió un 6,4 por ciento.

El único apartado en el que las empresas distinguidas con la máxima calificación salvaron la cara fue en el del gasto en I+D en relación con las ventas totales, donde se aprecia un incremento del 13,1 por ciento.