Ramiro Navarro
Sevilla
La Dirección General de Industria y Empresa de la Comisión Europea ha concedido al consorcio formado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, dependiente de la Consejería de Salud de la Junta, el Instituto Austriaco de Salud y la London School of Economics, la financiación para un proyecto dedicado al intercambio de información relacionada con políticas de medicamentos en los Estados miembro de la Unión Europea. Este proyecto, denominado EmiNet (European Medicines Information Network), será coordinado por Jaime Espín.
Pregunta. ¿A qué se debe el diseño de este proyecto?
Respuesta. Es un proyecto con una duración de cuatro años y nos sitúa como asesores de la Unión Europea en temas de política farmacéutica. Como asesores externos, se plantearán una serie de temas y se creará un espacio web para recoger parte de los informes que se realicen.
P. ¿Cuáles son los temas objeto de estudio?
R. El mes que viene tendremos una reunión en Bruselas para determinar qué temas quieren que tratemos. Entre las líneas previstas está la creación de una red de trabajo en la que se intercambiarán experiencias en materia de reembolso de medicamentos, así como la creación de una plataforma de investigación y recolección de datos cuantitativos y regulatorios de los Estados miembro, con los que se creará una base de datos, con una estructura accesible y de actualización regular. Pero pueden surgir muchos temas, políticas de genéricos, bioequivalencias, productos de nuevas generación o tratamientos innovadores.
P. ¿Es la regulación de precios uno de ellos?
R. El proyecto pretende estudiar los sistemas de precios y reembolsos de medicamentos de la Unión Europea. Eso es algo que hemos estudiado desde aquí durante los últimos tres años. Hicimos un análisis para estudiar qué políticas son mejores para la gestión de recursos farmacéuticos. Hicimos estudios sobre genéricos, precios de referencia o incentivos de control del gasto. El objetivo era analizar las distintas prácticas farmacéuticas en Europa teniendo en cuenta la diversidad entre estados grandes y pequeños o de distintos niveles de renta.
P. ¿Es complicado acercar consenso a las políticas?
R. En realidad en política farmacéutica los Estados miembro tienen competencia en cuestión de precios y reembolso de medicamentos. La Comisión Europea no pide que se actúe de una misma manera. Lo que quieren es que la información sea transparente. Si ven que determinadas prácticas funcionan bien, puede llegar a imitarse. Con funcionar bien me refiero a mejorar en la accesibilidad, en la política de costes o en la competitividad. Se trata de asegurar el intercambio de información.
P. ¿Hay cuestiones prioritarias en su proyecto de trabajo?
R. Los temas van propuestos por los Estados miembro. A nivel personal considero que hay muchos temas interesantes: los futuros retos de la industria o el acceso a medicamentos en países de renta baja. Pero no los vamos a definir. Daremos respuesta a la propia Comisión.
P. ¿Cuál es desde su punto de vista la situación actual de la industria?
R. La industria ha sido muy innovadora. Ya en el año 2002 salieron a la luz algunas cifras que indicaban la pérdida de competitividad de Europa. Antes de eso, Europa aportaba muchas moléculas nuevas al mercado. Se ha perdido competitividad. Y hay razones. Es cierto que no se ha sabido promocionar la I+D. Aquí es más complejo posicionar un medicamento. Yo creo que si los Estados miembro llegan a entender lo importante que es tener una industria potente y se da una cooperación entre industria y estado, puede volver a ser competitiva. Actualmente no lo es. Son años de retos globales, pero yo soy optimista.