M.A. Tovar Barcelona | viernes, 13 de septiembre de 2013 h |

El uso de redes sociales por parte de pacientes y de profesionales sanitarios con el fin de informarse, comunicarse y gestionar mejor su salud personal ha dado lugar a la era de la Medicina Participativa. Así lo explicó Emma D’Arcy, experta en medios sociales de InventivHealth, durante el tercer congreso anual de marketing digital en la industria farmacéutica, organizado por Fleming Europe. Aprovechar todos los canales digitales que se ofertan en la actualidad se ve no solo como un reto, sino también como una oportunidad y, de hecho, ha motivado un cambio de paradigma en la relación de la industria con su público de interés.

Con el fin de diferenciarse de sus competidores, de proporcionar a sus clientes un servicio de calidad y fortalecer así la relación con ellos, Merck, Sharp & Dohme (MSD) puso en marcha hace más de una década Univadis, una plataforma online que ofrece a los profesionales sanitarios información científica gratuita, de calidad, procedente de terceros (como BMJ, The Lancet…).

De este modo, se ha convertido en una de las comunidades sanitarias más importante a nivel mundial, habiendo superado los dos millones de usuarios registrados, presente en 40 países y con información en 20 idiomas, según explicó Shona Davies, responsable del proyecto a nivel global.

Davies señaló, además, que dos tercios de los usuarios permiten la recepción de comunicaciones comerciales por parte de MSD. Así se logra reforzar la comunicación con los médicos visitados y ampliar el alcance en territorios de difícil cobertura, como pueden ser China o Rusia. Además, la plataforma es flexible y permite a las filiales adaptar la oferta de acuerdo con sus necesidades. Asimismo, Davies subrayó como clave del éxito del proyecto la estrecha colaboración con los equipos de la filiales.

En este sentido, Alexandra Fulford, consultora experta en medios sociales, observó que si bien hay muy buenos ejemplos de iniciativas globales o locales en medios sociales, existen muy pocos que integren ambos ámbitos, lo que atribuyó a razones históricas, legales y organizativas. Ello exige introducir cambios en la manera de pensar, de trabajar, establecer nuevos procesos y adaptar los sistemas de recompensa, añadió. Y como ejemplo de buena práctica mencionó la página de Facebook de Boehringer Ingelheim, en la que se responde a los participantes en su propio idioma.

Haider Alleg, Global eMarketing Manager en Gedeon Richter, recomendó orientar la estrategia digital a los contenidos en lugar de a los canales, y utilizar un concepto global para establecer un vínculo con el canal offline. Asimismo remarcó la importancia de utilizar indicadores clave de rendimiento que permitan medir el retorno de la inversión.

Superar obstáculos

Poco a poco las compañías van superando los obstáculos que encuentran para adoptar los medios sociales, observó John Mack, editor de Pharma Marketing News y autor de Pharma Marketing Blog. No obstante se vive con inseguridad la falta de unas directrices claras por parte de las agencias reguladoras que delimiten qué es lo que puede hacerse y lo que no.

En Estados Unidos el verano de 2012 el Congreso norteamericano aprobó una ley que contiene una disposición que impone a la Agencia Americana de Alimentación y Medicamentos (FDA) el próximo mes de julio como fecha límite para publicar sus directrices. En cualquier caso, Mack aconseja a las compañías publicar su política sobre medios sociales, del mismo modo que se hace con la política de privacidad.

Uno de los asuntos que siguen preocupando a las compañías farmacéuticas, recordó Mack, es el manejo de la comunicación de los efectos adversos. En algunos casos es incluso motivo para renunciar a participar en los medios sociales. Existe la percepción de que el volumen potencial de información a gestionar en este ámbito puede ser enorme y económicamente gravoso. Además la información que se recibe suele estar incompleta en muchos casos.

Mack se refirió por último a las aplicaciones móviles en salud, que aunque ofrecen grandes oportunidades para la innovación, suscitan algunas preocupaciones, como por ejemplo deficiente nivel de conocimiento de algunos desarrolladores sobre el marco legal o sobre las particularidades del sector.

La FDA ha limitado la definición de “Aplicación Médica Móvil” (Medical Mobile App) reservándola para las aplicaciones médicas que cumplan con la definición de “dispositivo” médico. Algunos representantes de la industria temen que las regulaciones de la FDA puedan entorpecer la innovación en este campo. Contra el celo de la FDA Mack considera que la mejor defensa es la autoregulación de la propia industria.