| domingo, 01 de febrero de 2009 h |

Elisabete Mota Faria

La presidenta de la Ordem dos Farmacêuticos portuguesa sabe muy bien de lo que habla al referirse a la salvaguarda de la propiedad en manos de los farmacéuticos, algo que el Estado portugués desterró al modificar su legislación farmacéutica en 2007 tras las presiones ejercidas por la Comisión Europea. Mota y todos los farmacéuticos portugueses han podido comprobar que si un gobierno cede a las pretensiones liberalizadoras de la farmacia de la Comisión, ésta pedirá cada vez más. Y así ha ocurrido con el Estado portugués.