El cólera constituye el nuevo reto para la ayuda humanitaria

La donación de fármacos debería cumplir las recomendaciones de la OMS

| 2011-01-14T16:18:00+01:00 h |

iria gonzález

Madrid

“Todavía queda mucho por hacer”. Ésta es una de las frases más repetidas por las ONG que colaboran con Haití desde que se produjera una de las catástrofes más graves de la historia: el terremoto del pasado 12 de enero de 2010. Entonces, uno de los países más pobres de América Latina se convirtió en un amasijo de escombros, hecho que llevó a muchos cooperantes a desplazarse hasta la zona. Éste fue el caso de Carlos Lerma, voluntario de Farmacéuticos Sin Fronteras, que vivió una experiencia “inolvidable” que tiene previsto repetir este año.

Este voluntario constituye sólo un ejemplo del compromiso que los farmacéuticos han demostrado por esta causa y que mantendrán ahora que se presentan nuevos retos, como la epidemia de cólera. Ante esta situación, Farmacéuticos Sin Fronteras, junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), remitió recientemente un nuevo lote de sueros y material sanitario para tratar esta enfermedad.

Además, en colaboración con Infancia sin Fronteras, la organización farmacéutica ultima el envío de un planta potabilizadora con capacidad para depurar 150.000 litros de agua al día, proyecto que se completará con la edición de un manual de saneamiento ambiental para emergencia y el envío de un cooperante farmacéutico.

No todos los fármacos valen

“Los farmacéuticos somos una pieza fundamental porque necesitan a alguien que sepa gestionar los medicamentos”, explica Lerma, que desarrolló parte de su labor en varios colegios de la localidad haitiana de Jean-Rabel. A este respecto, la directora de Farmamundi, Eugenia García Ros, añade que “las donaciones de medicamentos tienen que ser controladas, porque la gestión allí es complicada ante la falta de estructuras de almacenamiento y distribución”. Por ello, esta organización, que ya ha enviado más de 180 toneladas de medicamentos y material sanitario, insta a seguir las recomendaciones de la OMS en esta materia y que pasan por responder a las solicitudes expresas del receptor, así como a cumplir las normas de calidad.

Pero la labor del farmacéutico no sólo es importante sobre el terreno. También resulta crucial obtener la financiación necesaria para impulsar estos proyectos y en esta tarea estos profesionales también pueden aportar su granito de arena. Por ello, Farmamundi mantiene una campaña de huchas solidarias con el objetivo de recoger fondos en las oficinas de farmacia.

De hecho, desde el inicio de la emergencia ha recaudado más de 500.000 euros de fondos públicos y privados, que han permitido poner en marcha iniciativas de las que se benefician más de 40.000 personas. En este sentido, desde Farmacéuticos en Acción destacan los donativos recibidos, que les ha permitido colaborar con un centro de acogida de niños en una ciudad cercana a Puerto Príncipe.

En concreto, la ONG costea la contratación de un médico, un farmacéutico y un técnico de laboratorio para este centro, que se ha visto desbordado al multiplicar por siete el número de niños acogidos tras la catástrofe y que, de momento, cuenta con subsistencias alimenticias sólo hasta marzo.

Temor al olvido

“El mundo farmacéutico ha respondido, pero la ayuda no es sólo de un día, un mes o un año”, recuerda Guillermo Navarro, presidente de Farmacéuticos en Acción. La misma opinión comparten desde el resto de organizaciones, que consideran que la respuesta de los diferentes actores del sector farmacéutico ha sido muy satisfactoria.

Sin embargo, Ángel Huélamo, portavoz de Farmacéuticos Sin Fronteras, advierte de que se trata de “emergencias mediáticas” que generan un flujo de fondos muy grande las primeras semanas y que tiende a desaparecer. Por ello, estas organizaciones tienen ahora el deseo compartido de que Haití no caiga en el olvido.