REDACCIÓN Madrid | viernes, 11 de mayo de 2012 h |

Un estudio sobre disfunción eréctil elaborado el año pasado por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) reveló que más del 50 por ciento de los españoles afectados por este problema acuden a la farmacia en primera instancia en busca de información y consejo para solucionar este trastorno. Es decir, que en muchas ocasiones la figura del farmacéutico es la única a la que consulta el paciente acerca de este problema.

Este fenómeno, que desde las boticas se percibe como una muestra de confianza por parte del público masculino, no deja de poner de relieve, sin embargo, la existencia de barreras a la hora de comentar este tipo de problema y la necesidad de continuar el trabajo de concienciación de la población. Sobre todo porque la ausencia de consultas en relación a la disfunción eréctil podría desembocar muchas veces en el agravamiento de problemas que, en un principio, son tratables.

¿Cuál es el papel que juega y debe jugar el farmacéutico a la hora de afrontar la disfunción eréctil? ¿Cómo se desarrolla habitualmente este tipo de atención en las boticas españolas? En este sentido, tanto la farmacéutica del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de las Islas Baleares (COFIB) Francisca Santandreu, como el presidente de la Fundación Pharmaceutical Care, Borja García de Bikuña, coincidieron en que la labor de los farmacéuticos respecto a la disfunción eréctil se puede circunscribir a tres aspectos: asesorar acerca de las indicaciones de ciertos medicamentos que puedan acarrear la disfunción; comprobar el historial de farmacoterapia por si alguno de los tratamientos activos pudiera ser el causante de la misma; y, en último lugar, derivar al paciente al médico en caso de ser necesario.

Buen punto de partida

Sobre este particular, cabe destacar que, según Santandreu, las oficinas de farmacia no atraen este tipo de consultas por su capacidad médica, ya que, en principio, “la consulta de atención primaria puede aportar más a un paciente con disfunción eréctil, ya que le puede derivar directamente al especialista indicado”, sino por ser “un mejor punto de inicio para poder consultar sobre el tema”. Un establecimiento donde el paciente “tiene más confianza para contar sus problemas y, sobre todo, más tiempo para hacerlo”.

Una perspectiva compartida por García de Bikuña, titular de una oficina en Vizcaya, quien consideró que no puede haber una figura mejor para aconsejar a los hombres en este sentido. A su juicio, “si se encuentra un profesional accesible 24 horas, formado y preparado, y que además te garantiza el anonimato, creo que no es solo de agradecer, sino también una buena vía de entrada en el sistema sanitario para comenzar un tratamiento”.

No obstante, ambos profesionales farmacéuticos incidieron en las resistencias y reparos que todavía persisten en torno al tratamiento de la disfunción. Una dinámica que se deja notar a la hora de abordar campañas de concienciación o en el momento de atender a un cliente en la botica, algo que para García de Bikuña supone “algo natural”. “Ciertamente, es más difícil hablar de unas cosas que de otras. Uno puede hablar de colesterol con un desconocido, e incluso descubrir aspectos personales en este sentido, pero es mucho más complicado que entable una conversación sobre su disfunción eréctil en las mismas condiciones”, reflexionó.

Por su parte, Santandreu recordó la campaña elaborada el curso pasado por el colegio de farmacéuticos balear de cara a informar a la población de esta comunidad sobre los riesgos asociados a la disfunción eréctil, que tuvo una asistencia menor de la esperada. Por ello, lamentó que, “a veces, estas iniciativas tengan menos aceptación de la que nos gustaría”.