| viernes, 15 de abril de 2016 h |

Mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico es uno de los retos ante los que los farmacéuticos no se esconden, ya que son una de las primeras puertas a las que estos llaman. Los médicos de atención primaria, ven en estos profesionales sanitarios un apoyo necesario e incluso indispensable para ayudar a sobrellevar el dolor y con ello mejorar el trato hacia estos pacientes.

Los boticarios tienen un papel relevante a la hora de apoyar y orientar a aquellas personas que conviven a diario con el sufrimiento permanente. Por ello, el Instituto de Formación de Cofares organizó el pasado 12 de abril la I Jornada de abordaje del dolor crónico desde la farmacia, que contó con el patrocinio de Esteve.

En este foro, los participantes coincidieron en que el dolor crónico no es un síntoma, sino una enfermedad en sí misma. Por ello, la colaboración entre los profesionales sanitarios para que el dolor sea los más llevadero posible para los pacientes, resulta muy necesaria. Así, los farmacéuticos se encargan de identificar, tranquilizar y vigilar a quienes padecen dolor crónico y acuden a la farmacia como primera puerta de acceso al Sistema Nacional de Salud. Una serie de funciones que apoyan a los profesionales de Atención Primaria.

La jornada fue inaugurada por Julio Zarco, director general de Coordinación de Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid. Zarco, reconoció el papel fundamental de la oficina de farmacia e hizo toda una declaración de intenciones al indicar que “no es lo mismo ser un farmacéutico bueno que un buen farmacéutico”. Además, ensalzó el papel del Convenio marco establecido entre el COF de Madrid y la Comunidad, ya que “empodera al farmacéutico”.

Además, Yolanda Tellaeche, presidenta del Instituto de Formación Cofares recordó que “el dolor crónico es uno de los que más afectan a la calidad de vida”, por ello, su abordaje es una tarea de todos los profesionales sanitarios. Para ello, ha apuntado que hay que “creer en el dolor que el paciente manifiesta y diseñar con él un plan terapéutico”.

En esta jornada también se ha reconocido que “el dolor crónico no es un síntoma sino una enfermedad compleja, de ahí la importancia de un abordaje multidisciplinar”, como ha apuntado Concha Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital La Princesa de Madrid.

Asimismo, para Alberto Pardo, el farmacéutico tiene una función esencial en la cadena de seguridad del medicamento, ya que “sois el último eslabón antes de que el paciente se tome el tratamiento”, ha reconocido. Además, ha recordado la existencia de la Red de Farmacias Centinela, que alerta sobre problemas relacionados con la medicación y a la que pueden adherirse.

El papel del farmacéutico aporta mucha seguridad a los médicos “saber que el farmacéutico va a estar detrás y nos va a apoyar”, como ha afirmado Julio Caso, médico de Atención Primaria del CS Alpedrete. Caso ha planteado aquellos casos donde pueden identificar al paciente que no tiene un dolor crónico, y sin embargo, está tomando paracetamol o ibuprofeno, como fármacos para el dolor crónico, “el boticario puede dar la señal de alerta”.