tecnología/ Los sistemas de farmacia hospitalaria se vinculan a la historia clínica electrónica

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c. o. Barcelona | viernes, 23 de marzo de 2012 h |

Las aplicaciones móviles destinadas a médicos y pacientes, que desde hace aproximadamente un año crecen a un ritmo vertiginoso en España, no han demostrado aún resultados en términos de salud al 100 por cien, pero todas las hipótesis de trabajo hacen confiar en que aporte mejoras.

Lo que sí parece claro es la ventaja en ahorro de tiempo y de anticipación a resultados, como destaca Jorge Juan Fernández, director del E-Health del Hospital Sant Joan de Déu, el centro que ha organizado junto con AppCircus la primera conferencia sobre Apps y Salud a nivel europeo, Apps ON Health, enmarcada en el esfuerzo de la Generalitat Catalana por convertirse en un referente en el ámbito de las TIC en salud.

Aunque su aplicación se encuentra en un nivel intermedio en nuestro país, según comenta Fernández, puesto que no hay ningún hospital que por política institucional haya optado por facilitar smartphones o tabletas a todos sus profesionales —algo que en Estados Unidos sí hay algún centro que lo hace—, cada vez son más los médicos que llevan sus propias tecnologías móviles para sus rutinas médicas diarias. “Por primera vez en la historia, desde hace dos o tres años, las personas tienen mejor tecnología de lo que ofrecen las empresas en el puesto de trabajo”, subraya. Esto les sirve en aquellas aplicaciones que no requieren estar integradas con los sistemas de información clínicos del hospital.

Sin embargo, ésta integración sería necesaria —y hoy complicada— para extender las ‘apps’ a los servicios de Farmacia Hospitalaria, que por el momento vinculan gran parte de sus sistemas a la historia clínica electrónica, como matizó Fernández.

Ahora bien, a nivel individual del profesional —e incluso colectivo, en lo referente a interconsultas— sí que prometen facilitar la práctica clínica y evitar al máximo los errores.

Otra cuestión es que, como afirma el director de E-Health del Sant Joan de Déu, la política del BYOD (bring your own device) que podríamos imitar de Estados Unidos, supone un riesgo potencial ante, por ejemplo, la pérdida del móvil con información clínica.

En la actualidad, una de las aplicaciones orientadas a profesionales se dedica a todo lo relacionado con acceso a información o referencias de una forma instantánea, y en este sentido la compañía iDoctus lanzará próximamente una ‘app’ médica al mercado, disponible para smartphones, tabletas y web, con la intención de ofrecer la funcionalidad de las dos aplicaciones profesionales empleadas por más del 50 por ciento de los médicos estadounidenses: Epocrates, un conjunto de herramientas médicas, y Medscape Mobile, un portal de información de referencia. La aplicación se ensayará en un proyecto piloto en el entorno hospitalario y aspira a ser una herramienta para incrementar la seguridad en la toma de decisiones sobre los diagnósticos y tratamientos, evitando errores médicos y de medicación.

Según indican desde iDoctus, el uso de aplicaciones médicas en Estados Unidos evita al menos un error médico y ahorra cien minutos de consulta todas las semanas.

“No existe ninguna herramienta médica móvil en español que combine los elementos de información, actualización y colaboración entre médicos”, comunican desde el Departamento Técnico de la empresa, que planea añadir a su aplicación grupos de debate y discusión de profesionales.

A juicio de Sergio Vañó, adjunto al Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y uno de los investigadores del proyecto iDoctus, “es una herramienta esencial, sobre todo al tratar a pacientes polimedicados, que cada vez son más frecuentes”.

Como puntualiza, “con aplicaciones como éstas, el médico podrá realizar una prescripción más segura, conociendo de forma rápida la dosis del medicamento, o comprobar las posibles interacciones entre fármacos. Se simplifica el trabajo y ahorra tiempo”, asevera, sobre todo teniendo en cuenta que en España aún trabajan mucho con guías de medicamentos en papel y buscadores complejos.

En este sentido, otra herramienta interesante para profesionales de Farmacia Hospitalaria es la versión para dispositivos móviles del Micromedex Drug Information.

Por otro lado, crecen las aplicaciones para que los profesionales tengan algún tipo de información de los pacientes crónicos, como parámetros de glucosa y de presión sanguínea, con los que obtienen ahorros de tiempo.

Sin embargo, en la jornada Apps On Health el premio fue para una aplicación dirigida a población, en este caso, In Shape Moms, un programa de salud y preparación al parto. Pero también se presentaron otros como Idoc 24, centrado en problemas dermatológicos, o Tweri, para pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Aunque el mundo “app” resulta complicado para la farmacia hospitalaria, éste servicio no es ajeno a herramientas web 2.0 como Twitter, Netvibes, Delicious, Slideshare, Google Groups o Google Docs. Con ellas (y con una intranet) gestiona el Centro de Información de Medicamentos del Hospital Vall d’Hebron la información biomédica que reciben para emplearla de forma coste-efectiva, como explicó a GM Juan Carlos Juárez, responsable del citado centro (ver GM, nº 407). Y varios profesionales de Farmacia Hospitalaria están evaluando los resultados de la primera encuesta nacional sobre Uso de Internet y Aplicaciones 2.0 en el ejercicio de la especialidad para la promoción y desarrollo de estas herramientas (ver GM, nº 395).