Sefap pide una formación específica y está a la espera de la postura del ministerio
La SEFH, en cambio, promulga que la farmacia de Primaria sea área de capacitación
irene fernández
Madrid
Organización, sistemas, evaluación del impacto y, sobre todo, el tipo de fármacos. Algunos de estos aspectos son diferentes en el ejercicio profesional del farmacéutico de Atención Primaria (AP) y el de hospital. El último tiene reconocida una especialidad de farmacia, el primero no. Los farmacéuticos de AP necesitan un reciclaje igual y unos conocimientos específicos. Así lo demanda desde hace tiempo la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) que, ahora, tras la ultimación del texto del proyecto de Real Decreto por el que se crean nuevos títulos de especialista y se actualiza el sistema formativo de algunas especialidades en ciencias de la salud y del proyecto de Real Decreto que regula la incorporación de criterios de troncalidad, ha alzado la voz para reclamar un plan de formación específica.
A pesar de tratarse de una figura reconocida desde hace más de 20 años, el farmacéutico de AP no cuenta con una ordenación académica profesional. Aunque la Ley de Garantías de 2006 le concede unas funciones, tal y como reclaman desde Sefap, recogidas en un capítulo completo del Título VI de la norma, dedicado al uso racional de medicamentos en AP. “No es ningún capricho, hablamos de una especialidad profesional muy consolidada que engloba a unos 600 profesionales”, reitera Carlos Fernández Oropesa, farmacéutico de AP y hospital y miembro de Sefap y de la subdirección de farmacia del Servicio Andaluz de Salud.
Durante todo este tiempo, Sefap se ha puesto en contacto con comunidades, ministerio y otras sociedades científicas para recabar apoyos. Entre las soluciones, optan por la que consideran más fácil y razonable: que se cree una especialidad única troncal con dos subespecialidades, una hospitalaria y otra de atención primaria. De hecho, desde Sefap denuncian que los farmacéuticos de hospital rotan por Primaria para completar su formación, pero “esa rotación no está reconocida porque es formación no reglada”. Además, esos farmacéuticos de AP “ni están reconocidos legalmente ni tienen potestad para formar a este tipo de profesionales”.
Sin necesidad ni interés
Pero existen discrepancias por parte de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Según recuerda José Luis Poveda, presidente de esta sociedad, tanto en la Comisión Nacional de la Especialidad como en la Comisión de Recursos Humanos del SNS se ha manifestado que “no hay ningún interés ni necesidad de una especialidad específica del farmacéutico de AP”. Así, explica que “durante tiempo Sefap lo ha solicitado pero hasta ahora se decía que no existía contenido ni estructura para ello, aunque haya comunidades que han manifestado su deseo de que en el programa haya contenidos de AP”.
Aunque el Consejo Nacional de la Especialidad aprobó el programa de Farmacia Hospitalaria el pasado mes de julio, la Comisión de RR.HH. ha emitido recientemente un informe en el que se objeta que dicho programa “no aborda con la profundidad deseada la formación de este profesional en el ámbito de AP”, por lo que propone detener la tramitación. Ahora está pendiente de emitirse el informe del Ministerio de Educación que servirá a Sanidad para tomar la decisión de aprobar este programa.
Desde la SEFH indican que mientras no se apruebe el programa sigue vigente el actual y, además, promulgan que lo que debería hacerse es crearse un área de capacitación para aquellos que hayan obtenido la especialidad de farmacia hospitalaria que posibilite la aplicación de nuevos conocimientos en AP, igual que la sociedad pretende que se desarrolle en otras áreas como nutrición clínica, oncología o pediatría.
Sefap tiene pendiente una reunión con el subdirector general de ordenación profesional, quien transmitirá la posición del ministerio. Pero, según Arantxa Catalán, presidenta de Sefap, cada vez es más difusa la línea que define la farmacia de primaria y la hospitalaria, y faltan profesionales polivalentes. Como dice, “si el sistema lo pide, si la realidad muestra esa dirección, no se entiende que el farmacéutico de atención primaria no tenga aún este tema resuelto. Es una asignatura pendiente”.
