Los COF intentan “dar con la tecla” para implantar el sistema en zonas montañosas

Apostar por el satélite frente al ADSL o la ‘dispensación remota’, algunas soluciones

| 2010-11-12T17:35:00+01:00 h |

La interoperabilidad, ¿más fácil de lo que parece?

A día de hoy, la dificultad de implantar la e-receta en zonas montañosas comparte protagonismo en la lista de principales problemas a solucionar con la interoperabilidad de los distintos proyectos autonómicos. Sin embargo, en lo que respecta a la conexión de la e-receta a nivel nacional, son los propios diseñadores de estos proyectos los que rebajan el nivel de dificultad del objetivo. Así, Francisco Lasarte, gerente de Sanidad de Indra, compañía encargada de desarrollar estos programas en nueve autonomías, destaca que “el 80 por ciento de la funcionalidad de cada sistema es común en todas las regiones y el resto responde a particularidades de los diferentes modelos de prescripción”.

Por tanto, Lasarte confirma que la similitud “hace fácil la interoperabilidad”. Para el gerente de Indra, el único obstáculo son los ritmos de implantación. “Cuando se alcance un despliegue definitivo en toda España, la interoperabilidad no supondrá complicación alguna”, afirma, y recuerda que “todos los sistemas que desarrollan “aseguran la interoperabilidad”.

ENRIQUE cAO

Madrid

A la localidad gallega de Cervantes, de 1.731 habitantes y que se encuentra a 59 kilómetros de Lugo, todavía no ha llegado la receta electrónica. No lo ha hecho porque sus peculiaridades orográficas, el municipio se ubica en una zona muy montañosa, impide por el momento al colegio de farmacéuticos provincial “dar con la tecla” para elegir la mejor conectividad posible. Ya se ha descartado la conexión por ADSL y ahora, tal y como señala su presidenta, Ana Prieto, “se estudian otras posibilidades, como el satélite o el 3G”.

En lo que respecta a las dificultades de implantación de la receta electrónica en España existen muchos otros ‘cervantes’. Por ejemplo, en la misma provincia, Lugo, otra media docena de municipios presenta los mismos problemas que la localidad mencionada. Otro ejemplo, las dificultades orográficas y la inexistencia de línea ADSL en gran parte del territorio nacional hacen que incluso en Andalucía, donde ya hace años que se alcanzó el 99 por ciento de implantación, haya todavía un 1 por ciento de boticas que sigue en el limbo de este sistema.

Dos son los problemas principales que tienen los colegios farmacéuticos para evitar que este tipo de farmacias quede fuera de la receta electrónica. El primero, la falta de una solución común para todos los casos. Así, para Francisco Lasarte, gerente de Sanidad de Indra, compañía encargada de desarrollar la parte técnica de los proyectos de receta electrónica en nueve comunidades autónomas, “es decisión de cada organismo apostar por el sistema de conectividad que consideren oportuno para su región o bien para determinadas zonas específicas”. De este modo, existen provincias en las que convive la conectividad mediante línea ADSL con la conexión por satélite (más lenta), según la ubicación de las boticas.

Otro problema es el económico. Los problemas de conectividad a la Red de estas farmacias no son particulares, sino del municipio en el que se ubican en su conjunto. Por ello, si se desea contar con conectividad, el titular está obligado a emprender la guerra por su cuenta y contratar por sí mismo la línea de cable, lo que supone un esfuerzo económico añadido al que ya supone la implantación de este sistema en cualquier oficina de farmacia, sin olvidar la menor rentabilidad con la que cuentan estos establecimientos respecto a los ubicados en zonas urbanas.

Castellón como ejemplo

La provincia de Castellón es un buen espejo en el que fijarse en este problemática, al ser la segunda provincia más montañosa de España y en la que el cien por cien de sus farmacias trabaja con e-receta. Sin embargo, según confirma Sergio Marco, vicepresidente del COF de Castellón, “no quita que hubiese problemas y aún los siga habiendo”. En el caso castellonense se apostó por el ADSL como único sistema de conectividad para todas las farmacias, fuese cual fuese la ubicación. Por ello, tal y como indica Marco, contrataron un servidor que asegurase cobertura en todo el territorio, “aunque fuese con distintas alternativas”.

El problema al que se enfrenta en la actualidad el colegio castellonense se reduce únicamente a la rapidez del servicio. Así, mientras que las boticas urbanas cuentan con una velocidad del ADSL en torno a los 5 megas, las ubicadas en zonas orográficamente conflictivas trabajan con el denominado ADSL rural, que baja la velocidad hasta los 512 kilobytes. “Es un mal menor teniendo en cuenta que la dispensación en pueblos pocos poblados y, por tanto, con menor afluencia de clientes en la farmacia, no exige tanta rapidez”, dice.

No obstante, todas las farmacias de Castellón tienen la posibilidad de trabajar con líneas redundadas. Es decir, con una doble conexión por si se produce algún fallo en alguna de ellas, un sistema “que quizás si supone un especial sobrecoste en las farmacias pequeñas”, estima el vicepresidente colegial.

Dispensación remota

Tanto para facilitar la labor a aquellas farmacias donde todavía no se ha podido implantar, por problemas técnicos, la receta electrónica, como para otros casos imprevistos, como las caídas temporales del sistema, los colegios farmacéuticos ponen a disposición de los profesionales los llamados centros de dispensación remota.

En este sentido, los titulares pueden llamar a este centro para saber los medicamentos que tienen prescritos electrónicamente cada paciente y poder suministrárselos si se cumplen las condiciones (dispensación inmediata, renovación del tratamiento dentro de fecha…). No obstante, esta herramienta debe funcionar únicamente en el futuro como solución a las caídas temporales del sistema, ya que el objetivo es que todas las farmacias trabajen con receta electrónica y puedan salvar las dificultades actuales.

Además, una de las peculiaridades que presentan estos centros es su habitual funcionamiento exclusivamente en horario laboral, lo que les descarta como herramienta de ayuda en turnos de guardia.