marta riesgo Madrid | viernes, 20 de septiembre de 2013 h |

Aunque el fantasma de la liberación parece haberse disipado por el momento tras conocerse el anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, la distribución farmacéutica quiere seguir mostrando su compromiso con un modelo que considera que incluso es exportable a otros países. Así, Javier Casas, director general de Alliance Healthcare España, insiste en que “no existen motivos para modificar” el actual modelo de farmacia.

A su manera de ver, y a pesar de lo que en un primer momento se argumentaba desde el Ministerio de Economía, “no hay ningún motivo para pensar que por el simple hecho de que haya farmacias cuya propiedad corresponda a no farmacéuticos vaya a disminuir la factura del Sistema Nacional de Salud”. De hecho, considera que “lo que hay que pensar ahora es cómo se salva la farmacia actual, estrangulada por los recortes, y no cómo se destruye lo que queda de ella”. Eso sí, Casas reconoce que aún queda “mucho por hacer dentro del actual sistema”, pero insiste, en que “se puede evolucionar sin romper con un modelo que da buen servicio”.

Según argumenta el director general de Alliance Healthcare, “es una realidad constatable que el sector farmacéutico, en su conjunto, debe evolucionar”. Y es que, para él, “la farmacia debe encontrar las vías para mantener y potenciar la confianza del paciente sin perder de vista su empresa y la distribución debe encontrar la forma de mantener su rentabilidad”.

Por su parte, Martín Pérez, director general del Grupo Cofares asegura que “el modelo mediterráneo de farmacia ha demostrado ser el más equitativo y accesible, y la satisfacción de los ciudadanos al respecto está más que demostrada”. De hecho, según datos del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos el 99 por ciento de los ciudadanos españoles disponen de al menos una farmacia en su lugar de residencia.

Según Pérez, esta accesibilidad se vería afectada si se adoptan los cambios planteados por Economía. “Si se produjera la liberalización solamente los grandes centros de población tendrían farmacias cerca, y se dejarían desasistidos pueblos o comarcas menos poblados”, lo que acabaría con la esencia del modelo actual que en estos momentos “garantizar el acceso a los medicamentos a todos los ciudadanos españoles”.

De igual modo, desde Hefame recuerdan que tanto la distribución como la farmacia “están en constante evolución, no hemos abandonado la innovación y el desarrollo ni un instante”. Asimismo, su presidente, Carlos Coves, resalta el hecho de que ofrecen “tanto a las instituciones, como a los ciudadanos una seguridad sanitaria y un asesoramiento en salud que debe reconocerse”. De este modo, asevera que son “uno de los pilares básicos del bienestar, y acabar con el modelo puede traer consecuencias sociales y sanitarias no previstas”.

Cambio sin beneficios

Antonio Abril, presidente de la patronal Fedifar, cree que desvincular la titularidad y la propiedad de las farmacias “no aporta beneficio alguno a la prestación farmacéutica española, modélica en todas sus facetas”. A su manera de ver, la liberalización “no aporta valor alguno al crecimiento económico, ni a la reducción del déficit y no generaría ningún beneficio al usuario”. Por eso mantiene que “reformar algo que funciona bien y es eficiente no tiene sentido”.

Pablo Ramos, presidente de Cofas, va más allá y afirma que el modelo de farmacia actual es exportable a otros países. “Entra poco capital extranjero a competir por lo eficiente que somos y por la forma de trabajar aquí”, explica, y resalta que se debe tener en cuenta que “por poco dinero llegan todos los medicamentos a todos los puntos de España varias veces al día”.