redacción Madrid | viernes, 14 de diciembre de 2012 h |

La última desfinanciación promovida a raíz de la aplicación del RDL 16/2012, donde 426 fármacos de uso común para 18 dolencias de carácter leve han sido excluidos de la financiación pública, ha modificado la actitud de los consumidores de estos medicamentos. Según varios estudios de mercado realizados por la consultora de investigación de mercados Hamilton Intelligence, entre el 40 y el 50 por ciento de los pacientes que antes obtenían estos fármacos mediante una receta prescrita por su médico de cabecera declaran que, tras la desfinanciación, se dirigen directamente a la oficina de farmacia para comprar el fármaco.

La situación ha cambiado, según dicen desde Hamilton Intelligence, por dos motivos. Por un lado, el paciente empieza a abandonar la costumbre de ir al médico de la seguridad social para disponer de una prescripción facultativa y toma sus propias decisiones respecto al tratamiento que va a comprar. Por otro, el farmacéutico adquiere un papel importante en la recomendación y compra final del tratamiento teniendo la posibilidad de ofrecer otras alternativas al comprador y convirtiéndose en un verdadero consejero en salud.

Ante esta nueva situación de mercado, los laboratorios están ampliando el foco de sus inversiones en marketing y comunicación, dando mayor importancia al colectivo de farmacéuticos y de consumidores. Según el estudio de Hamilton Intelligence, la oficina de farmacia es “un punto caliente donde cada día entran más de 2.000.000 personas y en la que resulta muy interesante invertir recursos” para incrementar la rotación de productos y convertirla en un nexo de unión entre el laboratorio y el consumidor final.