Se trata de un marcador precoz de enfermedades como la ECV, la DM o el SM

La relación entre ellas requiere un abordaje multidisciplinar de la enfermedad

| 2011-05-20T16:10:00+02:00 h |

m.d.

Madrid

Como si de una alarma se tratase, la disfunción eréctil (DE) “suena” cuando hago falla. Pese a la concepción tradicional que asocia la manifestación de esta patología como una consecuencia derivada de la aparición de enfermedades como la diabetes mellitus (DM), la enfermedad cardiovascular (ECV) o el síndrome metabólico (SM), entre otras, estudios recientes han dado la vuelta, de nuevo, al abordaje y concepción de esta enfermedad. Esto es, tanto a su diagnóstico, como a su estudio y tratamiento.

Y es que hoy, la disfunción eréctil no se contempla como un daño ocasionado por las citadas patologías, sino como una señal de aviso ante su posible incubación. Así, este vínculo hace que su diagnóstico sea concebido como una llamada de atención ante un problema que permanece silente y que abre un nuevo paradigma con respecto a su concepción. ¿Por qué suena la alarma de la DE? Las cifras evidencian que dos de cada tres pacientes con DE presentan enfermedades asociadas. Pero, ¿de qué nos avisa?

Moisés Cadierno, miembro de la Sociedad Española del Corazón (SEC), asegura que la DE “pone de manifiesto una insuficiencia circulatoria en una zona especialmente sensible a los cambios circulatorios”. Una idea compartida por Antonio Fernández, miembro de la Fundación para la Investigación en Urología (FIU) y urólogo de la Fundació Puigvert, que aclara, “y es que primero se obstruyen las arterias más pequeñas como son las cavernosas (o arterias penianas), pero posteriormente lo hacen las de calibre superior como son las coronarias”.

Existen enfermedades que, por su carácter asintomático, pueden permanecer silentes en nuestro organismo, incubando hoy lo que en unos años puede ser una patología más grave. En estos casos, la DE delata que existe un problema. “Puede ser un primer paso para descubrir la presencia de factores de riesgo que no se habían identificado hasta el momento”, asegura Cadierno. Es el caso de la enfermedad cardiovascular. En este sentido, la Asociación Española de Urología (AEU) identifica que siete de cada diez casos de DE responden a alteraciones vasculares. Y no son los únicos datos que lo respaldan.

A este respecto, numerosos estudios, como “Disfunción eréctil asociada a factores de riesgo cardiovascular”, presentado en el XV Congreso Nacional de Andrología, evidencian la estrecha relación entre la DE y la ECV, ya que, ambas, comparten los factores de riesgo que las originan (sedentarismo, obesidad, diabetes, consumo de tabaco…). Unos elementos de riesgo comunes que, además, comparten con otro tipo de patologías como el síndrome metabólico o la diabetes.

En relación a esta última, además, el citado estudio refiere que en el grupo de presencia de DE, “en el perfil glicémico se obtuvo con una media de glucemia de 126 mg/dl”, punto de corte propuesto por la American Diabetes Asociation para considerar a un sujeto como diabético. No obstante, ambas tienen un efecto directo sobre el sistema endotelial. En este sentido, Cadierno advierte de que “su presencia favorece el desarrollo de problemas cardiacos que comienzan, también, por una alteración del endotelio”.

Ante esta afectación, Fernández explica que “cuando se lesiona (la capa endotelial), por exceso de grasas o glucosa, los vasos se degeneran y pierden su elasticidad, llegando a obstruirse”, lo que provocaría posibles eventos cardiovasculares más graves. Por ese motivo, insiste en que “es muy importante que se contemple al paciente con DE como un potencial cardiópata”, y en que es necesario “concienciar al paciente de la interrelación entre estas patologías y mentalizarlo de la importancia de corregir esos factores”. En este sentido, es importante destacar una de las conclusiones del citado estudio, que postula que “la pluripatología de estos pacientes conlleva una polimedicación agresiva que el médico debe considerar, ya que aumenta el riesgo de DE”.

Por todo ello, ante un caso de DE, los expertos creen que es necesario identificar los factores que la provocan y evaluarlos de forma multidisciplinar para, así, valorar la opción terapéutica más eficiente en cada caso.