El aumento de la esperanza de vida provoca que cada vez más personas mayores reclamen una salud sexual de mayor calidad

Saber que ahora se cuenta con herramientas que aportan soluciones eficaces influye psicológicamente en quienes tienen estos problemas

| 2011-04-29T17:07:00+02:00 h |

Teresa rey

Madrid

La esperanza de vida ha aumentado en los últimos años. No es una novedad, pero sí una realidad que trae unas consecuencias que en ocasiones suscitan debates controvertidos. Una de las cuestiones que generan estas discusiones, sobre todo entre los profesionales sanitarios, es que en las consultas resulta cada vez más frecuente encontrarse con personas mayores cuya calidad de vida es bastante buena y que, por tanto, tienen ganas de hacer deporte, de viajar o de mantener unas relaciones sexuales plenas.

“La salud ya no es un término de supervivencia, sino un estado de bienestar donde el individuo sigue sexualmente activo, y esto hay que cuidarlo”, afirmó respecto a esta situación Natalio Cruz, responsable del Servicio de Andrología del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), durante el marco de un encuentro entre expertos en la materia organizado por la compañía farmacéutica Bayer, bajo el título: “Todo sobre la salud del Hombre”.

Aunque ese deseo de mantener unas relaciones sexuales normales en la senectud es algo que ansían muchas personas de edad avanzada, todavía hay varones que temen acudir al médico cuando tienen algún problema de estas características. La disfunción eréctil, en concreto, provoca estas inseguridades, y hay quien acude al médico con cierto recelo cuando se encuentra en esta tesitura. Sin embargo, los expertos reunidos coincidieron al afirmar que últimamente se está observando un lento viraje hacia una actitud más abierta.

Tratamientos

En este cambio han tenido mucho que ver los tratamientos para abordar la disfunción eréctil. En opinión de Ignacio Moncada, coordinador de Andrología de la Sociedad Española de Urología, en 1998, con la aparición del primer medicamento para tratar este trastorno, y posteriormente en 2003, con la incorporación de otros dos fármacos, se produjo una auténtica revolución. Se pasó de unos procedimientos que resultaban algo incómodos a que “sólo con una receta los pacientes pudieran recibir un tratamiento eficaz y que pudieran disfrutar de una vida sexual normal”. Además, desde un punto de vista psicológico este hallazgo también ha incidido en la actitud de los enfermos, ya que, según especificó Cruz, ahora saben que cuentan con una herramienta que va ayudarles.

Sin embargo, aunque toda “revolución” trae aspectos positivos, como los ya mencionados, también puede acarrear elementos negativos. Respecto a éstos, Javier Romero, adjunto al servicio de Urología y responsable de Andrología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, advirtió que en algunos casos se receta la pastilla sin establecer un diagnóstico previo. Esto es, sin ver las causas desencadenantes de ese mal funcionamiento. Como los tratamientos son tan efectivos no se llega al trasfondo del asunto y se descartan factores de riesgo que pueden tener relación con la obesidad, hipertensión…

A este respecto, Pedro Gutiérrez, profesor titular de Urología de la Universidad de La Laguna de Tenerife, resaltó que aunque la eficacia de los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 es muy alta, se da un porcentaje de fracasos debido a una falta de información del paciente respecto, por ejemplo, a la posología del producto.