Las sociedades de primaria coinciden en que un sector importante acepta los EFG

Uno de los principales escollos para su prescripción es la diferencia de envases

| 2010-04-30T17:09:00+02:00 h |

i. fernández/ r. bueno

Madrid

Un recurso importante. Una opción de eficiencia para el gasto farmacéutico. Los medicamentos genéricos suponen, así, para los médicos de atención primaria (AP) una alternativa más económica dentro del arsenal terapéutico. De hecho, en todo el mundo desarrollado se utilizan las especialidades genéricas, incluso en mayor proporción que en España. Y aunque el dilema en torno a su prescripción frente al medicamento de marca sigue latente en las autonomías, las sociedades de atención primaria coinciden en señalar que, por parte del paciente, la confianza en los EFG ha aumentado en los últimos años.

Porque un sector importante de españoles los acepta ya sin reticencias, según Begoña Domínguez, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Y no es la única que lo piensa. Vicente Baos, coordinador del Grupo de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), cree que cada vez son más conscientes de que realizar un buen uso de los fármacos, tanto en el aspecto científico como económico, redunda en beneficio de todos.

Además, “el deber deontológico del médico es prescribir con responsabilidad y racionalidad eligiendo la opción más eficaz, segura y con coste-efectividad, que el genérico cumple por el principio de bioequivalencia”, opinan desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Debate olvidado

Atrás quedó el debate sobre la bioequivalencia y la incertidumbre que, en un principio, generó en los médicos de familia el uso de los EFG. “Los médicos de AP confiamos en la seguridad y efectividad de todos los medicamentos que están a la venta en las farmacias”, expresa Paloma Casado, vicepresidenta de la Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

La famosa frontera del +/- 20 por ciento no existe sólo para los genéricos, sino para todos los fármacos. “Si partimos de la base de que las autoridades sanitarias son rigurosas en la aceptación de un fármaco con marca original, tendremos obligatoriamente que aceptar que también lo son al recomendar la utilización de un genérico”, asegura Domínguez.

Es más, actualmente, la mayoría de los medicamentos genéricos presentan estudios de bioequivalencia con los originales prácticamente “superponibles”, en palabras de la vicepresidenta de Semergen.

Aunque sí que, como indica, “sorprende” que los precios (de los genéricos, se entiende) puedan seguir disminuyendo sin mermar estas exigencias de calidad. De la misma forma, su precio tampoco representa ya, según los médicos, problemas profesionales.

Pero, ¿cuál es el mayor obstáculo para el sector de atención primaria a la hora de prescribir genéricos? El cambio constante de envases que se realiza en las farmacias ha sido y es uno de los principales escollos, ya que éste suele provocar errores de medicación e intoxicaciones, sobre todo en el caso de pacientes ancianos o polimedicados.

En este sentido, desde SEMG se manifiesta que, aunque la posibilidad de intercambio entre genéricos ha proporcionado a la oficina de farmacia una importante capacidad de gestión económica y de almacenaje, “esto no ha beneficiado en modo alguno al paciente”.

No todos los EFG son iguales

Otra cuestión importante, tal y como señalan desde SEMG es la situación derivada de algunos casos de genéricos que no incluyen en su ficha técnica todas las indicaciones del fármaco de marca correspondiente, lo que refleja que no todos los genéricos son iguales. Ejemplifica esta situación el caso de clopidogrel DCI, principio activo cuyos genéricos no incluyen —en la mayoría de los casos— una de las indicaciones reconocidas por Sanidad que sí están presentes en el original. ¿Consecuencia? A la hora de prescribir este principio activo existe la posibilidad de que al paciente se le cambie en la farmacia la marca de genérico y termine tomando un medicamento sin la indicación que necesita.

Incentivos para su uso

Los incentivos a la prescripción son una estrategia que, según Semfyc, beneficia la sostenibilidad del sistema. “Conseguir un gasto farmacéutico eficiente debe ser una tarea de todos. Las administraciones pueden y deben incentivar la utilización de fármacos bioequivalentes que supongan un ahorro en la factura que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos”, aclara Vicente Baos.

Así, se muestra a favor de que “siempre que haya un genérico disponible a menor precio que el original” se incentive su uso “en todos los ámbitos de la cadena farmacéutica”. Comunidades como Andalucía incentivan la PPA, que suele desencadenar en la prescripción de los EFG. Esta forma “más agresiva”, según Paloma Casado, de incentivar la prescripción limita la promoción de la formación.

Y la formación, precisamente, puede y debe recompensarse, según Domínguez. Aunque a veces los incentivos a la prescripción se encuentran diluidos dentro de programas más amplios, como el cumplimiento de ciertas guías de práctica clínica.

Hace unas semanas el Tribunal de Luxemburgo publicó una sentencia que determina la legalidad de que los Estados de la UE incentiven a sus médicos por prescribir una serie de moléculas para reducir sus gastos. Pero, la SEMG cree que “nunca hay que prescribir motivado por unos incentivos”.

Pese al reflejo de una realidad cambiante hacia los EFG, existe la necesidad de extender, al cien por cien de la población, esa concienciación, según coinciden las tres sociedades generales de primaria. Y es que, las campañas educativas sobre el uso racional de los servicios de salud siguen siendo “una asignatura pendiente” del ministerio. Y aunque los farmacéuticos tienen una labor significativa, el papel fundamental para el reconocimiento del principio activo por parte del paciente, según Domínguez, “lo tenemos nosotros”, porque la confianza en el genérico empieza por el médico de AP.

Tolerancia y formato, premisas para los pediatras

¿Por qué los pediatras de atención primaria, en ocasiones, prescriben fármacos comerciales en vez de medicamentos genéricos? Existen dos razones que justifican la utilización de los medicamentos de “marca”, según explica a MG Begoña Domínguez, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Por un lado, la tolerabilidad y, por otro, la aceptabilidad del medicamento por parte del paciente.

Es decir, “cuando prescribimos un fármaco para un niño lo hacemos con la intención de que el niño lo tolere, lo tome y, sobre todo, si es lactante, hay que buscar la forma de que la medicación no se convierta en un auténtico drama para toda la familia”, explica.

Es por eso por lo que estos profesionales sanitarios conocen y controlan determinados fármacos y su respuesta. “Hay niños que tienen dificultades para tolerar determinados fármacos y prescribimos siempre el que mejor toma y tolera, sea o no genérico”, dice Domínguez. Además, las formas de presentación o formato de los medicamentos también influyen, porque a veces son complejas y no se dan las adecuadas para este tipo de pacientes. Por ejemplo, hay determinados fármacos que sólo existen en comprimidos y los niños pequeños no pueden tomarlos, sólo toman suspensiones.

Otras veces, como describe la presidenta de la AEPap, la suspensión viene preparada de tal forma que exige una cantidad importante del fármaco que a determinadas edades y con un determinado peso no puede administrarse, lo que obliga a la prescripción de otro fármaco aunque no sea un genérico. “Éstas son las dos razones que nos hacen a los pediatras de atención primaria utilizar, en ocasiones, productos farmacéuticos no genéricos”, confiesa.