Cumplir el objetivo de déficit no será agradable. El proyecto de Presupuestos Generales para 2012 implicará un drástico recorte en la capacidad de gasto de los ministerios, que en Sanidad pone el límite en los 2.309 millones (sin contar con los más de 2.000 destinados al pago de las mutuas), un 13,7 por ciento menos que en 2011, pero que según la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, demuestra el compromiso del Gobierno por preservar la asistencia sanitaria.
No obstante, el Departamento de Ana Mato contará este año con 365 millones de euros menos, que saldrán de ajustar gastos superfluos y de publicidad y de eliminar algunas partidas de Dependencia y transferencias corrientes a las comunidades por valor de 44 millones en políticas de salud y estrategias nacionales, unas partidas que, según el Ministerio están “sobrefinanciadas”.
No todos los programas se verán afectados por igual. El más dañado será el de Salud y Ordenación Profesional, cuya dotación pasa de los 42 a los 10 millones de euros, un 75,8 por ciento menos. También tendrán que hacer frente a un buen recorte el programa de Salud Pública, Sanidad Exterior y Calidad, que sufre un recorte del 45,1 por ciento.
Incluso los aumentos, que son escasos y de poca cuantía, responden no necesariamente a un incremento de los créditos como a la nueva estructura del Ministerio: Prestaciones y Farmacia parece, en principio, uno de los programas mejor parados, con un incremento del 4,5 por ciento (pasa de 138,9 a 145,2 millones). Pero la realidad es que esta partida incluye el Fondo de Cohesión, que como ahora contiene también el Fondo de Garantía Asistencial para desplazados entre comunidades, ha subido de los 87 a los 93,2 millones de euros.
La Ciencia será otra de las grandes daminificadas de 2012. Argumentando que cuenta con un importante remanente de tesorería, la aportación patrimonial para el CDTI se reducirá en un 78,7 por ciento, al pasar de 536 a 114 millones, y el programa destinado a fomentar y coordinar la I+D científica y técnica del Ministerio de Economía cae un 34,9 por ciento.
Los capítulos destinados a la investigación sanitaria tampoco se libran de la tijera: su aportación baja de 327,5 a 298,8 millones de euros, un 8,8 por ciento menos. El presupuesto del Carlos III, por su parte, cae un 2,2 por ciento.