| viernes, 16 de julio de 2010 h |

c. r.

Madrid

El nivel de cobertura es una variable vinculada no sólo al consumo de recetas, sino también al coste de los fármacos prescritos. Así lo pone de manifiesto el primer informe de la Central de Resultados de Cataluña, un órgano que tiene como misión medir, evaluar y difundir los resultados de la asistencia sanitaria en 88 indicadores para facilitar una toma de decisiones responsable. Los datos avalan, de esta forma, la postura autonómica sobre el copago.

El gasto farmacéutico es uno de los principales indicadores de la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. La evolución favorable experimentada en 2008 hace pensar a los gestores catalanes que las actuaciones para promover la racionalización de la prestación farmacéutica ha tenido un largo alcance, si bien aún hay margen de mejora, sobre todo si se tiene en cuenta lo desfavorable de la situación económica actual.

Actualmente, el 20 por ciento de los asegurados catalanes tiene reconocido el derecho a la farmacia gratuita. De ellos, el 99 por ciento consumió al menos un fármaco de receta en 2008, frente al 63 por ciento de los usuarios que tenían copago. Ello tuvo su reflejo en el gasto total ocasionado por cada segmento. Esta quinta parte de la población que no paga por los fármacos aglutinó el 79 por ciento del gasto total.

La razón es doble. Por un lado, este colectivo consume 9,6 veces más recetas que la población activa (61,4 recetas frente a 6,4). Ello explica en parte que el gasto medio del usuario con farmacia gratuita sea 8,4 veces superior (900,3 euros frente a 106,9). Pero, más allá, las recetas prescritas a estos pacientes fueron sensiblemente más caras. La población con farmacia gratuita generó en 2008 un gasto por receta de 14,48 euros, mientras que para los usuarios que copagaron sus medicamentos, el coste medio de sus prescripciones fue de 10,52 euros.