La bajada de precios decretada en Reino Unido, junto con la depreciación de la libra, ha afectado a las fijaciones de precio en otros países

Si se autorizan las importaciones de medicamentos en Estados Unidos la innovación y el mercado farmacéutico global se resentirán

| 2010-04-16T15:26:00+02:00 h |

Carlos Arganda

Madrid

Desde los años noventa la mayoría de los gobiernos han puesto en marcha medidas de control del gasto sanitario para contener y limitar su crecimiento. En muchos casos estas actuaciones son meramente coyunturales, y sus posibles consecuencias no han sido suficientemente evaluadas. Esta situación, a medio y largo plazo, puede dar lugar a resultados contrarios a los que se buscan, tanto en materia económica como sanitaria. Además, esta búsqueda de control de gastos en materia sanitaria se ha visto impulsada, casi obligada, en los dos últimos años, debido a la crisis económica que ha dado lugar a un descenso de los ingresos públicos, que son los que financian en su mayor parte la asistencia sanitaria y farmacéutica de la población.

En España, a raíz de la aprobación del Real Decreto Ley 4/2010, se han reavivado los fantasmas que alertan de la desaparición de determinadas presentaciones e incluso principios activos que cumplen un papel esencial en la terapéutica habitual, al tiempo que ofrecen una tratamiento adecuado a un precio razonable. Los temores sobre la desaparición de presentaciones en sobres, inyectables o jarabes de principios activos muy castigados en los últimos años por las reducciones continuas de precio son cada vez más frecuentes. El Real Decreto Ley 4/2010 y sus bajadas artificiales de precio no ha hecho más que acelerar y forzar la toma de decisiones dentro de la industria. En este sentido, algunas fuentes aseguran que las presentaciones inyectables de paracetamol DCI podrían desaparecer del mercado español al ser inviable su fabricación.

No se trata de algo aislado, ya que son muchas las compañías de genéricos que dudan de que sea posible la fabricación de medicamentos a base de amoxicilina en combinación con ácido clavulánico, por ejemplo. Este último compuesto, cuya participación no se valora a la hora de calcular los precios de referencia es, precisamente, el más caro de sintetizar y el que puede hacer inviable la fabricación de estos productos a un euro.

Cabe destacar que en el Ministerio de Sanidad no comparten esta percepción de la industria de los genéricos. Así, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, en una entrevista concedida a EG aseguró que “con toda seguridad” iba a haber proveedores suficientes para todos los principios activos, por lo que descartaba cualquier desaparición de principios activos en el vademécum de nuestro país.

Pero la reducción lineal de los precios de los medicamentos no es la única medida que afectará en nuestro país al mercado farmacéutico. La última modificación de la Ley de Garantías permitirá al Ministerio de Sanidad establecer el precio más bajo de toda Europa para los medicamentos autorizados en nuestro país y en las condiciones más ventajosas para el SNS al tomar como comparativa, por ejemplo, los precios por determinadas dosis. Además, ésta no será una decisión tomada exclusivamente en el momento de la autorización, ya que, como también habilita la nueva redacción de la norma, se podrán realizar tantas revisiones de precio al año como considere oportuna la Administración, con lo que se crea un escenario de escasa predictibilidad para el mercado farmacéutico.

Alemania o Reino Unido

El caso de España no es único en Europa, ya que las presiones de los sistemas sanitarios en materia económica se dejan notar también en Reino Unido o Alemania. En el caso del primero, los problemas son diversos porque la industria innovadora no está, lógicamente, de acuerdo con la reducción de precio que se ha aprobado en las islas.

Este hecho no tendría tanta trascendencia si, por otro lado, la libra esterlina hubiera mantenido su nivel de cotización histórico. Pero desde mediados de 2008 la moneda británica no ha hecho más que perder valor frente al euro, hasta situarse casi a la par. A consecuencia de ello, la comparación de precios de medicamentos entre distintos países resultó alterada por el efecto del cambio de divisas, circunstancia que multiplica el efecto de las reducciones de precio en el Reino Unido, y da como resultado una reducción muy importante de los precios en algunos medicamentos en ciertos países de la Unión Europea. Entre ellos, España.

No es el único problema para la industria en el Reino Unido. También se mencionan las dificultades crecientes que existen para que el National Institute for Clinical Excellence (NICE) recomiende positivamente algunas de las últimas novedades terapéuticas. Por ese motivo, las demandas para que el organismo evaluador actualice sus criterios se hacen cada vez más importantes.

El caso de Alemania es más parecido al español, ya que allí la medida ha venido dada exclusivamente por una reducción de precios de los medicamentos. Como informábamos la semana pasada, el país germano ha establecido un plan para ahorrar 2.000 millones de euros con la reducción de los precios de los medicamentos protegidos por patente.

En Estados Unidos

Pero estos problemas no son sólo propios de Europa. Probablemente el elemento que pueda hacer cambiar más el escenario global de la industria farmacéutica se encuentra en los Estados Unidos. El país americano está inmerso desde hace varios meses en un debate sobre la autorización o no de importaciones de medicamentos procedentes de otros países además de Canadá. La medida, rechazada por la industria farmacéutica y, de momento, por la FDA, debido al miedo existente ante la posibilidad de entrada de medicamentos falsificados, busca obtener los fármacos a precios mucho más baratos a como se comercializan en el país americano. De concretarse esta medida la facturación global, los beneficios y las inversiones en I+D+i de las compañías farmacéuticas caerían drásticamente y afectarían, por tanto, a la investigación global de nuevos fármacos en el futuro.

Se trata de un ejemplo que cambiaría la situación actual, pero las pequeñas actuaciones individuales que se ha puesto en marcha en diferentes países europeos también pueden tener una gran influencia en la obtención de nuevos fármacos y, muy significativamente, en el nivel de asistencia farmacéutica disponible en un país en concreto.

¿Abandonar un país si perjudica globalmente?

A principios de la semana pasada una noticia publicada en The Guardian hizo saltar todas las alarmas y comentarios dentro del sector. Según el diario británico, Roche y Novartis barajaban la posibilidad de abandonar el Reino Unido a causa de la negativa influencia que operar en dicho país les ocasionaba para el resto de los mercados europeos, especialmente en materia de fijación de precio. La cuestión, rechazada rotundamente por portavoces de ambas compañías, ponía de manifiesto, no obstante, una realidad posible en un futuro próximo para algunas compañías farmacéuticas en algunos países europeos. Entre ellos, España.

Y es que, en un ámbito totalmente globalizado como el farmacéutico, en el que cada vez más las decisiones que se toman en diversos países, especialmente dentro de Europa, tienen repercusiones en otros, no sería de extrañar que las decisiones de permanencia o entrada de determinadas compañías en un territorio determinado se tomaran en función de parámetros hasta ahora desconocidos.