El COF de Madrid y la patronal Adefarma son “conscientes” de que la situación actual no permite derogar el RD 5/2000, pero sí revisarlo

Presentan un estudio, “Futuro de la oficina de farmacia 2010-2014”, en el que se pone de manifiesto la aportación de la farmacia al sistema

| 2010-03-18T15:16:00+01:00 h |

J. NIETO

Madrid

El valor añadido no remunerado de la oficina de farmacia madrileña, en particular, y nacional, en general, es el mejor aval con el que cuentan éstas para reclamar la congelación de las aportaciones que realizan al Sistema Nacional de Salud. Unas aportaciones que, en 2009, ascendieron hasta los 623,6 millones de euros y es, tal y como señaló el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Alberto García Romero, “la mayor contribución realizada al sistema por el conjunto de agentes de la cadena del medicamento”.

Por este motivo, tanto desde la institución colegial madrileña como desde la patronal regional de oficinas de farmacia, Adefarma, se instó a las administraciones sanitarias española la adopción de una serie de medidas económicas que posibiliten la viabilidad económica de estos establecimientos sanitarios. Así, ambas instituciones consideraron conveniente la revisión, al ser “conscientes de que en un momento de crisis como el actual no sería posible su derogación [del Real Decreto 5/2000]”. “Se trataría de una solución posibilista”, manifestó García Romero. “Un objetivo irrenunciable”, manifestó la presidenta de Adefarma, Alexia Lario.

¿En qué consistiría esta revisión? Desde el colegio madrileño se consideró que se deberían estabilizar las deducciones que se practican a las farmacias en un tope del 4,5 por ciento de las ventas al Sistema Nacional de Salud. Algo en lo que coincidió Adefarma, que estimó que para garantizar una viabilidad económica “aceptable” de las oficinas de farmacia se debería alcanzar el nivel de descuentos y aportaciones de 2008 e impedir la progresividad actual que, según Lario, “es lo que está llevando a la ruina a este sector”.

Esta petición, realizada durante la presentación del estudio “Futuro de la oficina de farmacia 2010-2014”, está justificada, según señalaron ambas instituciones, por la necesidad de garantizar el futuro de la prestación farmacéutica, de las inversiones en formación y nuevas tecnologías y para mantener la capacidad de estas de generar empleo estable.

El estudio, en cuya elaboración participaron el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Gustavo Matías Clavero y el economista Juan Antonio Sánchez, pone una cifra al valor añadido no remunerado que las farmacias aportan al sistema: 2.412 millones de euros en 2009, una cifra que, si se produjese la revisión solicitada, ascendería en 2014 hasta los 4.945 millones de euros. En este sentido, Clavero fue contundente: “La farmacia aporta al conjunto de la economía más de lo que recibe”.

A este respecto, cabe destacar que la aportación al sistema es el gran caballo de batalla de las oficinas de farmacia españolas. No sólo a través de las aportaciones económicas directas, sino por medio de ese valor añadido no remunerado que se traduce en la dispensación activa, el seguimiento farmacoterapéutico y otros programas sanitarios que reduce el número de visitas que realizan los pacientes al médico, a los servicios de urgencia o los ingresos hospitalarios.

“En 2000 nos pidieron que arrimásemos el hombro, y lo hicimos. Una década más tarde lo seguimos haciendo. Pero una cosa es arrimar el hombro y otra es que seamos siempre los que suframos recortes, algo que provoca incertidumbre y contribuye a hundir la farmacia”, aseguró García Romero. Algo con lo que coincidió Lario, que precisó que si no se produce una revisión del Real Decreto 5/2000, el de Mutualidades, del Sistema de Precios de Referencia y de la salida de ciertos medicamentos de las oficinas de farmacia “estaremos abocados a cierres y a la pérdida de empleo: un 8,2 por ciento hasta 2015”.

Empleo estable e inversión

Sobre este aspecto, el del empleo, el estudio pone de manifiesto dos escenarios diferentes. Uno, si se lleva a cabo la revisión del Real Decreto 5/2000 tal y como pide la farmacia madrileña. Otro, en el caso de que estas peticiones no sean atendidas por parte del Ministerio de Sanidad y las consejerías de Sanidad de las diferentes comunidades autónomas.

En el primer caso, el más positivo para las oficinas de farmacia, el estudio refleja que hasta 2014 se produciría una evolución positiva al pasar de los 78.705 empleos directos de 2009 a los 86.896 que se alcanzarían en 2014 (cerca de 400.000 si se incluyen los indirectos e inducidos). Por el contrario, si se mantuviese el Real Decreto 5/2000 y su progresividad el número de empleados en las oficinas de farmacia españolas se reduciría hasta los 73.855.

Un camino parecido llevarían las inversiones que realizan las farmacias, tanto en tecnología como en formación. La implantación de la e-receta, la robotización y las mejoras de las comunicaciones necesitarán una inyección de inversión en los próximos años, algo que “no se podrá mantener” si no se modifica este real decreto. Algo similar a lo que pasaría con la formación del personal.