a. díaz
Madrid
La segunda mesa redonda de la II Conferencia de Apoyo e Impulso de la Investigación en España tuvo un factor común determinante: la biotecnología. Se presentó a esta disciplina como una alternativa para paliar la baja productividad que están manifestando las compañías farmacéuticas en los últimos años. El descenso en este ámbito viene motivado del continuo aumento de costes a la hora de la investigación, unido al escaso número de productos que se lanzan al mercado tras haber sido investigados y probados.
La mesa, moderada por Inés Margalet, de Bayer HealthCare, contó como ponentes con la participaron el director de Investigación de Merck, José Cabrera; el subdirector general de Evaluación y Fomento de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, Joaquín Arenas; y el director de Programa de Biotecnología del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Fernando Peláez.
Este último analizó las razones de la decadencia de la productividad de la industria farmacéutica, que destina grandes recursos a la innovación y a la investigación y en los últimos años está obteniendo unos resultados poco alentadores. Arenas fue el encargado de desgranar la infraestructura de la investigación clínica en nuestro país, mientras que José Cabrera, mencionó la necesidad de mejorar el sistema de aprobación de proyectos de investigación en España, ya que, al ser mucho más lento que en otros países, dificulta atraer a inversores extranjeros y poner a disposición de los pacientes medicamentos en investigación.