Desde que se anunciara, los farmacéuticos valencianos han tratado de descifrar a qué se refería el consejero de presidencia valenciano, José Císcar, cuando propuso para este año un “pronto pago” para los primeros 150.000 euros facturados por oficina de farmacia y diferir la cantidad restante de la factura. Con esta duda en mente, los presidentes de los tres colegios farmacéuticos se presentaron el pasado 27 de enero a una reunión con representantes de la Consejería de Sanidad valenciana. Entre los puntos del orden día figuraba el de nuevo concierto, en el que se arrojó de pasada algo más de luz sobre esta medida.
Lo que el presidente del COF de Castellón tenía claro es que la cantidad citada por el gobierno regional sería anual. “De eso no cabe dudas”, afirmó. En este sentido, aseguró que esta cifra se fijó por ser el máximo de facturación establecido a la hora de acceder a las compensaciones que plantea el RDL 9/2011 para ayudar a farmacias con viabilidad económica comprometida. “No tiene sentido tener que ayudar económicamente a unas farmacias y después perjudicarlas no pagándoles o retrasándoles el pago”, argumentó.
Por su parte, antes de la reunión, el presidente del COF de Alicante, Jaime Carbonell, creía que todavía no se trataba de una medida concreta y quería pensar que lo que el ejecutivo autonómico pretende es “ajustar los pagos del año que viene” para que no se repita lo ocurrido en la recta final de 2011.
Por este motivo, el colectivo farmacéutico prefirió no sacar la calculadora para valorar los efectos, y mejor que no lo hiciera porque el resultado podría ser poco alentador. Y es que, esos 150.000 euros multiplicados por el total de farmacias de la Comunidad Valenciana (2.285, según datos de 2010 del Consejo General) darían lugar a un pronto pago total de 342,7 millones al año. De mantenerse el gasto en recetas en los niveles de 2011, es decir, en unos 1.406,6 millones, se dejaría entonces a deber a las farmacias más de mil millones de euros, lo que supondría un 75,6 por ciento de la factura total.
En concreto, según confirmaron a EG fuentes presentes en la reunión, lo que la Generalitat propone es pagar a las boticas con una facturación anual menor a 150.000 euros en la fecha establecida por el concierto, mientras que al resto solo se les abonaría en plazo hasta esa cantidad y el resto de la factura se les diferiría. Por tanto, las farmacias que superen ese umbral de facturación, que suponen la gran mayoría en la comunidad, cargarían con el peso de esta medida que llega cuando el colectivo todavía tiene pendiente de cobro las últimas facturas del año pasado.
En concreto, según el calendario de pagos fijado por la administración, las farmacias valencianas deben cobrar a finales de enero las recetas de septiembre, unos 120 millones y, en febrero, las de diciembre.
Más retrasos en Baleares
Por otra parte, los farmacéuticos baleares parecen que cobrarán las facturas de este año el último día de cada mes, en lugar del día 20 como recoge el concierto. Así, el colectivo tiene previsto cobrar el 31 de enero las recetas de diciembre, un pago al que esperan que se sume el 15 por ciento de las recetas de noviembre que quedó pendiente. De este modo, la deuda quedaría en tres mensualidades.